Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 11 de mayo de 2014 Num: 1001

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

En la Lisboa de
Fernando Pessoa

Marco Antonio Campos

Un domingo a la semana

Un lector, un suplemento
Gustavo Ogarrio

Después del número mil
Antonio Rodríguez Jiménez

La cifra y el
nombre de la idea

Las mil y una semanas

La dama del perrito
y la geopolítica

Jorge Bustamante García

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
De Paso
Raúl Hernández Viveros
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
Galería
Rodolfo Alonso
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Jorge Moch
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La barra desinformativa de Cadena Tres

Hace unos días Erick Jafeet ("Kafka en la obra de Ricardo Piglia", La Jornada Semanal  núm. 935, 3/II/ 2013) me hizo llegar un comentario sobre la “barra desinformativa” de Cadena Tres. Luego de un breve intercambio me metí en el berenjenal de reseñar los tres programas que componen –o descomponen– el trío: Mikorte Informativo, El incorrecto y Ya ni llorar es bueno. La terna corre en la parrilla de las 22:30 hasta las 00:00 del remate de fin de semana. Quién tiene ánimo de ver un programa de presunta sátira política con la gracia de un plomo en alta mar un domingo a medianoche es una pregunta que los productores dejarán eternamente sin respuesta. Después de ver varios de sus episodios llego a confirmar una inicial sospecha: son malísimos.

Dos de las producciones, El incorrecto y Ya ni llorar… son de factura reciente aunque no necesariamente novedosa y el primero, Mikorte informativo, cumple al aire cinco años. Curiosamente es el menos malo a juicio de este aporreateclas quizá porque sus conductores han alcanzado, después de un lustro, un ritmo más o menos dinámico a la hora de simular que se roban el micrófono mutuamente. Se trata de tres micos que hacen comentarios editoriales desde el estupor del macaco extraterrestre –algo así como tres emigrados del planeta de los simios– ante la irrealidad de la política y la sociedad mexicanas. Tenues son las menciones a personeros reales del poderío político y en cambio evidentes las alusiones a personajes antagónicos al PRI –salvo por la obviedad del punch mediático en temas quizá por venir en sus agendas, como el escándalo sexual que detonó en el PRI del DF. Esta es de hecho la tónica de común denominador entre los tres programas, cosa predecible siendo Cadena Tres propiedad de un resabioso priísta como Olegario Vázquez Raña.

El estreno de El incorrecto es un refrito casi desde el título. Lo conducen dos viejos conocidos de proyectos similares en Televisa, Eduardo Videgaray (a saber si es pariente del secretario de Hacienda y eso explicaría su inexplicable retorno a cuadro) y un inefable José Ramón San Cristóbal, conocido con el apodo de el Estaca, que antes hacía de patiño en Matutino exprés. La fórmula, Videgaray-San Cristóbal, pretende refrendar una manera de hacer televisión anquilosada, aburrida, que intenta sostenerse a base de chistes vulgares y albures fácilmente adivinables y homoeróticos. En la breve síntesis que Erick Jafeet me hizo llegar, se pregunta si lo que pretende Cadena Tres es “peorizar la cultura”. Yo creo, Erick, que la televisión mexicana se ha encargado de tugurizar no solamente la cultura, sino la convivencia social entera (entra en escena el delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo, entregando un reconocimiento y bautizando un centro recreativo “y cultural” como… Carmen Salinas; la cultura del mexicano, entre la toalla de Lavolpe y la instauración de Aventurera como paradigma de las artes escénicas).

Respecto de Ya ni llorar… el sitio de internet de Cadena Tres reseña que “buscará divertir, informar y generar conciencia sobre los absurdos y abusos [¿de quién?, ¿de la oligarquía empresarial y política de la que precisamente forma parte el clan Vázquez Raña?], invitando a la audiencia a exigir más de las autoridades y funcionarios de nuestro México, en el que a decir de los autores ‘ya ni llorar es bueno’. Es conducido por el reconocido comediante de ‘Stand Up’ [sic], Gonzalo Curiel, y apoyado por un grupo de divertidos pseudo-periodistas”, sí, bien dice: pseudo periodistas al servicio de un grupúsculo desde siempre vinculado al oficialismo más abstruso que convirtió al periodismo en generador de loas al priísmo patrocinador de sus propios elogios.

En una coyuntura como la que se vive hoy en los medios mexicanos, una televisora como Cadena Tres tuvo –y tiene– la oportunidad de hacer una verdadera televisión cáustica y no ha aprovechado la estafeta. Sigue siendo evidente el oficio de tapadera, la ausencia de nombres como Beltrones o Chong en el discurso satírico; no se habla de violaciones a derechos humanos por las fuerzas del orden ni de la protección del clero mexicano a pederastas.

Se hace, en suma, una copia menor de bodrios televisivos como el de Trujillo en Televisa. Bodrios, si cabe, todavía más malos que los originales. Porque en cortesanía, vulgaridad y servilismo, allí sí parece que la televisión mexicana seguirá siendo capaz de superarse a sí misma aunque nunca termine de hundirse en el descrédito.

Y Jafeet me debe una jaqueca.