Número 208
Jueves 7 de Noviembre
de 2013
Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER
Directora general
CARMEN LIRA SAADE
Director:
Alejandro Brito Lemus
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Católicas por el Derecho a Decidir
Estigma asociado al aborto en México
De acuerdo con Kumar y colaboradoras (2009), el estigma asociado al aborto se define como un "atributo negativo asignado a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo, que les deja una huella interna o externa, que las señala como inferiores a los ideales de ser mujer." De acuerdo con esta misma autora, cuando las mujeres se practican un aborto transgreden por lo menos tres ideales de ser mujer: la sexualidad femenina tiene como fin la reproducción, la maternidad es inevitable, y el cuidado de las personas más vulnerables por la creencia en el instinto materno1.
La construcción social del estigma empieza con etiquetar o señalar a una persona como diferente (aquellas mujeres que han tenido un aborto), lo que implica la creación de un estereotipo (otorgándoles características indeseables: egoísta, pecadora, irresponsable, asesina), la separación del grupo normativo (separando los servicios de aborto de los servicios de salud reproductiva) y la discriminación, el abuso y otros actos para generar el sentimiento de vergüenza. El estigma se configura y se expresa en distintos niveles: individual, comunitario, organizacional/institucional (sistemas de salud) y en el discurso y la cultura masiva (lenguaje y símbolos negativos en torno al aborto).
Los resultados de la investigación Explorando el estigma asociado al aborto en México, realizada en seis estados en 20112, revelan que el estigma hacia las mujeres que abortan está relacionado con el valor social de la maternidad y con la creencia de que las mujeres tienen un instinto materno, que las llevará inevitablemente a tener hijos.
En el imaginario social existe la idea de que las mujeres que abortan son fáciles, irresponsables, putas o pecadoras, razón por la cual deben ser sancionadas moral y socialmente. Por temor a ser criticadas, rechazadas y agredidas verbalmente, las mujeres que abortan guardan en secreto esta experiencia y con ello evitan ser estigmatizadas. Esto explica por qué suelen relatar sus vivencias en torno al aborto sólo a personas muy cercanas a ellas, como la pareja, amigas, hermanas, primas o los padres, cuando éstos ayudan a sus hijas a tomar dicha decisión.
Cuando las mujeres jóvenes viven con sus padres, las razones para ocultar un aborto se deben a que ellas no quieren que las descubran como personas sexualmente activas, y menos aún como mujeres que transgreden el mandato de la sexualidad asociada a la reproducción ("Una mujer no puede negarse a quedar embaraza si tiene relaciones sexuales"). En las mujeres casadas y con hijos, el ocultar un aborto se relaciona con el temor a transgredir el mandato de que ellas no pueden negarse a tener hijos ("Si estás casada debes tener los hijos que Dios te mande").
En las mujeres que crecieron en familias muy católicas y que asisten a misa frecuentemente, el peso del estigma suele expresarse como una carga moral, "una carga de conciencia", porque piensan que actuaron mal y que serán merecedoras de un castigo divino, como no poder embarazarse en un futuro o tener hijos con malformaciones congénitas.
El estigma suele ser más fuerte en las mujeres que abortan por segunda o por tercera ocasión, al ser objeto de sanciones sociales más severas, incluso de parte de otras mujeres que han pasado por esta misma experiencia. Ellas son calificadas con palabras despectivas tales como locas, putas, pendejas o irresponsables. Este hecho muestra que las propias mujeres que han abortado reproducen el estigma del que ellas mismas son objeto.
Por último, el estigma hacia las mujeres que abortan suele ser más fuerte en contextos donde el aborto está penalizado y donde las mujeres son criminalizadas, a diferencia de la Ciudad de México donde esta práctica es legal y existe mayor aceptación social. Por ello es importante que en el resto del país se despenalice el aborto para que las mujeres accedan a servicios de aborto seguros que garanticen el respeto de sus derechos y de su integridad física y emocional; y para que las mujeres que abortan dejen de ser estigmatizadas.
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1 Kumar A, Hessini L y Mitchell H. Conceptualising abortion stigma Culture, Health & Sexuality, 2009, 1–15.
2 Católicas por el Derecho a Decidir, The Population Council, FEMAP, Instituto Nacional de Salud Pública Explorando el estigma asociado al aborto en México, México, 2012.
S U B I R |
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