Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Marcianos
ARNOLDO KRAUS
Plinio: un precursor
LEANDRO ARELLANO
El pájaro mayor
HERMANN BELLINGHAUSEN
Noventa años de la revolución proletaria en Hungría
MAURICIO SCHOIJET
Radicalmente Rosa
ESTHER ANDRADI
Cézanne y Munch: divergencias y convergencias
HÉCTOR CEBALLOS GARIBAY
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Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS
Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA
Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA
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LUIS TOVAR
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Líneas paralelas
Encuentro una fotografía en Internet donde aparece un hombre sentado frente a un enorme ventanal. El hombre, de espaldas a mí, pero de frente, obviamente, al ventanal, mira el edificio que está al fondo, más allá del río y del puente de piedra. Otro hombre, que está recargado en la barra de sánguches y pastelillos, mira la cabeza del hombre que mira el ventanal. Con una mano sujeta una taza de café y con la otra un pan dulce. Detrás de la barra hay una mujer que mira el perfil del hombre que mira al hombre que mira el ventanal. La mujer, de gorro blanco y lentes redondos, ausculta el sesgo del hombre, la línea de su nariz, como buscando definir un rasgo, una expresión. Yo miro al hombre que mira al ventanal, al hombre que mira al hombre que mira al ventanal, y a la mujer que mira al hombre que mira al hombre que mira el ventanal. Pero, ¿no seré yo en este instante, acaso, una imagen que un hombre, desde otro computador, a otras horas de la noche y bajo la luz de otro día, viéndome mirar esta fotografía, también me mira? |