jornada


letraese

Número 152
Jueves 5 de marzo
de 2009



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate


reseña

Zapping por la vida de un enfant terrible
Temporada de caza para el león negro
Tryno Maldonado
Anagrama, 2009


En los tiempos del arte contemporáneo, completamente copado por el pop y el mercado, la fama hace al artista y el escándalo eclipsa a la obra. La estética obedece al estereotipo: irreverencia y provocación son los valores que fascinan a la nueva élite consumidora. Piénsese si no en la muestra que el artista hondureño-estadunidense Andrés Serrano presentó en Nueva York y en París el año pasado: fotografías de excremento en gran formato bajo el parco título de Shit (www.yvon-lambert.com/Shit-E1.html).

Tryno Maldonado da un vuelco a la escatología para mostrar, en Temporada de caza para el león negro, un zapping —mezcla de escenas de ritmo desbocado o de chocante reiteración, según el ánimo del relato— por la vida de Golo, el “Niño Prodigio de las artes plásticas mexicanas”. El personaje combina la afición por la pizza, la cocaína y el sexo desenfrenado con su amante —uno de los señoritos conocedores del arte y del submundo chic que lo maneja— con los arrebatos creativos, que tienen como obra cumbre una pintura realizada sobre las paredes de un baño, además del lavamanos y el escusado, inútil ya para recibir desechos pero perfecto para inspirar a la reportera gringa que revelará al mundo la sensibilidad del artista.
La vida del provocador Golo es contada por ese amante gay. El enfoque del narrador, seguido con sutil ironía por Maldonado, privilegia lo que es más importante en su mundo: los iconos generacionales, como los tenis Converse, el gozoso desboque sexual de Golo o el gusto por las inauguraciones y las fiestas-borracheras. La obra, cuando aparece, es reducida al título y a la enunciación del “éxito” que alcanza en las galerías. [Fernando Mino]


El género visto desde las orillas:
jotas y mayates en Neza
La casa de la Mema. Travestis, locas y machos
Annick Prieur
PUEG/UNAM, 2009


Ubicada en Nezahualcóyotl, uno de los barrios periféricos del Distrito Federal, la casa de Gerardo Ortega Zurita, la Mema, fue durante la última década del siglo pasado un espacio para que jóvenes travestis vivieran sin escarnio. Lugar de refugio de jotas, de mayates y de trabajadores sexuales, también servía de espacio para encuentros sexuales estigmatizados en cualquier otro lugar.

La socióloga Annick Prieur convivió y vivió con varias jotas, quienes por exclusión laboral y familiar habitaban la casa. Durante varios meses las acompañó en sus actividades como estilistas, trabajadoras sexuales y promotoras del uso del condón. Estuvo con ellas en las noches de diversión en las calles y discotecas.

En La casa de la mema. Travestis, locas y machos, la autora enfatiza que en México la representación del hombre homosexual sirve como símbolo del no-hombre. Al ser la negación de la masculinidad, el homosexual contribuye a definirla, pues las jotas —varones gays con comportamiento “femenino”— perciben y evalúan sus relaciones con los mayates —varones homosexuales de aspecto “masculino”— de acuerdo con los esquemas tradicionales de género. Paradójicamente, el desdén de las jotas hacia la conducta de no-hombría de los varones que se dejan penetrar, significa un desprecio hacia ellas mismas.

Editado por vez primera por la Universidad de Oslo en 1994, La casa de la Mema… constituye un acercamiento a la construcción del género, abordado desde la perspectiva del cuerpo, la clase social, la familia y la dominación. [Mario Alberto Reyes]

S U B I R