Tijuana, BC., Grandes grúas dominan el paisaje en la zona oeste de la ciudad. Los desarrollos verticales con ocho, 10, y hasta 20 pisos irrumpen en las colonias Cacho, Chapultepec o Calete. Dos recamaras, un estudio, sala-comedor-cocina y dos baños (unos 100 metros cuadrados), cuestan en promedio 300 mil dólares –alrededor de 6 millones de pesos–, inalcanzables hasta para la tradicional clase media local.
Un total de 79 proyectos de vivienda vertical ofrecen departamentos sólo al alcance de mexicoamericanos y estadunidenses. La cercanía de Baja California, en especial Tijuana, con el estado de California, está presente en la mayoría de las conversaciones económicas de la entidad. La expresión “corredor Tijuana-San Diego” es muy usada por la industria y el gobierno. Ahora, el sector inmobiliario también la ha hecho suya.
“Se está atacando el nicho de oportunidad de la clase media alta. Hay mucha demanda de gente que viene de Estados Unidos, quiere comprar lo que allá no puede porque es muy caro. La vida es más barata en Tijuana”, explicó Héctor León Beltrán, de Compañías Mexicanas de la Industria de la Construcción en Tijuana, Tecate y Rosarito, sobre el fenómeno inmobiliario que vive la ciudad.
Un análisis del Centro de Estudios Económicos reportó que en 2010, 28.5 de las familias bajacalifornianas vivían en casas y departamentos rentados.
El año pasado la cifra se incrementó a 41 por ciento, “lo que indica que es cada vez es más difícil poseer una vivienda propia”, y aunque el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) dispone de 350 mil créditos, éstos no son utilizados, porque el monto que presta –entre 250 y 500 mil pesos– no alcanza para comprar un departamento, en el caso de Tijuana, ni siquiera en la periferia.
La problemática de la vivienda afecta a muchos sectores, también al de la maquila. La Asociación de la Industria Maquiladora y de Exportación informó que tiene 18 mil vacantes en Tijuana y su presidente, Pedro Montejo Peterson, apuntó que “si no hay mano de obra, muchas veces es por falta de vivienda, pero si la generamos, si procuramos las condiciones que se requieren, el crecimiento está al alcance”.
Carlos Jaramillo, presidente de la Asociación Desarrollo Económico e Industrial de Tijuana, otro organismo de la industria maquiladora, confirmó que la falta de trabajadores está asociada a la vivienda; “ese déficit tiene mucho que ver con la falta de casas, las personas que migran a la ciudad se encuentran con unos costos de vida y rentas muy altas.
“Con los montos que presta el Infonavit no haces una vivienda digna, tendrías que construir 20 metros cuadrados... y en las orillas, hasta los trabajadores que alcanzan un millón de pesos como préstamo se quedan sin casa porque no hay desarrollos de esos precios”, asegu-ró Julián Camacho, de la Asociación Mexicana de ProfesionalesInmobiliarios.
“Quizá en el futuro –comenta un agente inmobiliario que prefiere el anonimato–, construir casas económicas volverá a ser rentable, pero actualmente el foco está en otra parte”.
Se busca “que no pase lo que en el foxismo”
Más aún, la nueva norma del Infonavit establece que la propiedad a comprar debe estar como máximo a 2.5 kilómetros de los servicios públicos (escuelas, hospitales, vialidades, centros de transporte). Esto con el fin de evitar que ocurra lo que en el foxismo, cuando se construyeron unidades habitacionales totalmente alejadas de los servicios y fueron abandonadas.
Según el Buró de Análisis Económico, para vivir en California se requiere ganar más de 40 mil dólares (más de 800 mil pesos mexicanos) anuales en promedio y durante la pandemia muchos “nómadas digitales” descubrieron las ventajas de comprar o rentar propiedades en Baja California.
Existen múltiples sitios de Internet en inglés, entre ellos Where The Road Forks, que describen los beneficios de vivir en Tijuana, la diferencia de costos, tanto en la vivienda como en amenidades y servicios, detallan los tiempos de cruce, junto con los mejores lugares para salir a cenar.
Algunos de ellos incluso orientan sobre cómo un estadunidense puede sacar permisos de residencia para estar hasta seis meses, a qué oficina deben dirigirse y cuánto cuesta el trámite.
La industria de los bienes raíces acepta abiertamente que el desarrollo inmobiliario de Tijuana está enfocado a un sector que puede pagar arriba de 230 mil dólares por un departamento (alrededor de 4 millones 624 mil pesos mexicanos) primero, porque hay demanda; y después porque el costo del terreno –en la zona de restaurantes, escuelas y hospitales– y los materiales de construcción, sólo pueden ser pagados por ese sector.