Fotografías del estudio del escritor Carlos Fuentes (1928-2012), realizadas por el fotógrafo Barry Domínguez días después de su fallecimiento, se exponen en la muestra Carlos Fuentes en la intimidad de su espacio, que se aloja en el vestíbulo de la sala Nezahualcóyotl, del Centro Cultural Universitario en Ciudad Universitaria.
En la exposición se incluyen imágenes del escritor, su máquina de escribir roja de marca Olivetti y las primeras anotaciones de su novela inconclusa, El baile del centenario.
Para Barry Domínguez, también jefe de fotografía de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “las imágenes son un homenaje que hago al maestro a través de mi lente, donde también se presentan fotos con figuras de la literatura, como Salman Rushdie en la Feria Internacional del libro de Guadalajara de 1994.
“Capté su estudio 40 días después de que falleció; descubrí sus cosas intactas, porque nadie había entrado. Me llamó la atención que el día que se puso mal escuchó a María Calas; vi algunas fundas de sus discos en el tornamesas y una postal de la cantante”, compartió Domínguez con La Jornada.
La muestra, que se integra por 20 imágenes del autor de Aura en su estudio, se inauguró en la Fiesta del Libro y La Rosa; además, en el contexto del aniversario del fallecimiento del Premio Cervantes 1987, y como parte del homenaje realizado por la cátedra extraordinaria Carlos Fuentes de Literatura Hispanoamericana, de la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura de la UNAM, la exposición permanecerá un mes más.
“La editorial Alfaguara me invitó a hacer el registro del estudio de Carlos Fuentes hace 10 años, pero regresé un par de semanas antes de montar la exposición; tomé más fotos y encontré cosas que no había visto la primera vez, como un sacapuntas de metal y cosas que vi intactas hace 10 años, por ejemplo anotaciones de su novela inconclusa, El baile del centenario, su máquina de escribir Olivetti de color rojo, que ya no estaba en el mismo lugar. Hice un registro para notar las diferencias de hace una década.
“Pienso que el maestro no se hubiese enojado, porque estoy compartiendo imágenes que en su momento él me permitió y agradezco. Rosa Beltrán me dio la pauta para realizar la exposición; le platiqué el proyecto y le interesó, también me dijo que le harían un homenaje en la UNAM, y este es el resultado.”
El propio Fuentes proyectó su obra en un vasto esquema que tituló La edad del tiempo, dividido en 17 apartados en los cuales incluye novelas y ensayos.
“Esta exposición es para que la gente disfrute las imágenes, es un triunfo más para mí... sobre todo las oportunidades que me han dado las instituciones, la misma Silvia Lemus, quien me abrió las puertas de su casa, donde hemos charlado; le agradezco infinitamente”, concluyó Barry Domínguez.