El aumento de la inseguridad en Tláhuac no ha sido fortuito, es una acción consolidada “donde no hay cabos sueltos y todos están coludidos”, aseguran lugareños. Muchos se niegan a hablar “porque quien lo hace se pone el blanco en la espalda”.
La incursión de la policía “sólo es show”, expresaron vecinos de la colonia Selene, “porque no acaban con quienes quitan propiedades, cobran cuotas e invaden terrenos; aquí se paga hasta para que no te maten”, alertó un poblador de San Francisco Tlaltenco, donde tiene fuerte presencia el grupo de Los Rioja, pese a la detención de su líder El Escorpión el 10 de mayo.
Habitantes de la demarcación que accedieron a dar su testimonio se protegen, se refuerzan el cubrebocas, pese al intenso calor se acomodan la capucha de la sudadera y verifican que no se les grabe, no se tomen fotos y cuidan que nadie los vea porque el miedo es fuerte al crimen organizado.
En San Francisco Tlaltenco todo lo controlan los delincuentes, saben quiénes son los dueños de cada negocio, si son ejidatarios, qué propiedades tienen, cuentas en el banco, “porque cuando llegan los mensajes para pedir el dinero te lo cantan todo y hasta hablan de la familia”, narraron afectados.
En el poblado todos sus habitantes saben que los comerciantes son extorsionados y no sólo a los dueños de negocios, también les cobran derecho de piso a los locatarios del mercado de Tlaltenco, pero nadie quiere hablar, e incluso al contactarlos por teléfono cortan la llamada.
El temor es el reflejo de que apenas haya 617 denuncias ante la Fiscalía General de Justicia el mes pasado, pese a la inseguridad y operación de grupos criminales porque hubo represalias contra quienes intentaron demandar.
Los pobladores llaman a las autoridades a solucionar la inseguridad, “porque detuvieron a una banda de falsificadores de billetes, mataron a El Ojos, recluyeron a El Escorpión y a La Soni, operadora del cártel de Sinaloa, pero las cosas no mejoran”.