Ciudad de México. Maestros y directores de educación básica afirmaron que este 15 de mayo “más que un incremento salarial raquítico, queremos que se nos escuche. Pedimos un diálogo verdadero y abierto con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y no ser sólo convidados de piedra a un acto protocolario”.
Con más de 1.2 millones de maestros de prescolar, primaria y secundaria, y 800 mil más de educación media y superior, el magisterio es una de las fuerzas laborales más importantes del país, recordaron.
“Llegamos a cada pueblo o ranchería del país. Y ni así se atienden las precarias condiciones de trabajo en que seguimos miles de maestros, con salarios de 6 mil pesos mensuales en plazas iniciales”, señaló una maestra de primaria indígena.
Aseguraron que la marcha de este domingo, “no es para festejar nada, sino para exigir que como docentes se den condiciones dignas para realizar nuestra labor”.
Lucía Reina y Teresa Pérez, profesoras de educación indígena, destacaron que a un siglo de la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y del inicio de una campaña nacional de alfabetización que llevó a miles de educadores a todos los rincones de México, “seguimos enfrentando condiciones de inseguridad y precariedad laboral. Con una atención médica muy deficiente y pensiones que no nos garantizan una vejez digna”.
Pedro Hernández Morales, secretario general del magisterio disidente de la Ciudad de México, dijo que hoy se reunirá la Dirección Política Nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que convocaron a contingentes de todos los estados a marchar este 15 de mayo del Ángel de la Independencia al Zócalo, “porque la mejor forma de reconocer al maestro es darle condiciones dignas de vida y de trabajo”.
Agregó que será la dirigencia nacional la que determine si acudirán o no este domingo al desayuno convocado en la SEP, que se prevé encabece el presidente López Obrador, “pero vamos a dar nuestro posicionamiento, porque no queremos ser únicamente convidados de piedra. No vamos a quitar el dedo del renglón, queremos diálogo y cumplimiento de los acuerdos ya suscritos”.
En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reconoció el “esfuerzo inmenso” de los profesoras durante la pandemia, y expresó su preocupación por la deserción escolar que ésta generó.
También manifestó su inquietud por “las recientes declaraciones de funcionarios menores en relación con el modelo y los contenidos educativos, que no tienen un sustento científico ni responden al momento educativo que vivimos, así como la desaparición de las escuelas de tiempo completo”.
En vísperas del Día del Maestro, en un mensaje Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM; Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y secretario general del organismo eclesial, y Alfonso Cortés, arzobispo de León y responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la Conferencia, resaltaron que “es tiempo de buscar caminos de conciliación, no de confrontación”.