Martes 4 de febrero de 2025, p. 3
Aunque su figura es ampliamente reconocida en el teatro, Emilio Carballido también dejó un importante legado en el cine mexicano, con más de 50 guiones, entre los que destacan películas emblemáticas de la filmografía nacional.
Sobresalen Nazarín (1959), dirigida por Luis Buñuel; Macario (1960), clásico de Roberto Gavaldón basado en n cuento de B. Traven, primera película mexicana nominada al Óscar en la categoría de mejor película en lengua extranjera y proyectada en la edición 13 del festival de Cannes.
Héctor Herrera, director de la revista Tramoya y del Festival de Teatro Emilio Carballido, que se realiza en octubre en Córdoba, Veracruz, apuntó: “Macario está entre las 10 mejores películas del cine mexicano; es una muestra del gran sentido dramático que Emilio tenía para construir historias con impacto universal”.
Otros títulos notables incluyen Días de otoño, también de Gavaldón, y El esperado amor desesperado, de Julián Pastor. Además, adaptó varias de sus obras teatrales a la pantalla grande, como Rosalba y los llaveros (1954), Rosa de dos aromas (1989) y Orinoco (1984).
Luis Mario Moncada, dramaturgo y actual coordinador Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), apuntó: era un creador completo; dominaba los lenguajes escénico y cinematográfico
.
Emilio Carballido ganó un Ariel en 1972 en el rubro de mejor argumento original (compartido con Alfonso Arau, Héctor Ortega y Pancho Córdova) por el guion de El águila descalza, y el Ariel de Oro en 2002 por su trayectoria cinematográfica.
Sin embargo, su faceta de guionista de cine ha sido poco explorada. Es un vacío en esa área de su creación; aún no se ha trabajado ni estudiado lo suficiente. Su carrera de dramaturgo siempre opaca lo demás, pero tiene una producción cinematográfica increíblemente rica que merece atención
, planteó Héctor Herrera, quien junto con Moncada y otros creadores proponen revalorar ese legado.
Enfoque tradicional
Moncada señaló que a diferencia de dramaturgos como Alejandro Jodorowsky y Juan Ibáñez, quienes exploraron el lenguaje cinematográfico con mayor radicalidad, Carballido adoptó un enfoque más tradicional, pero con gran eficacia.
Emilio sabía exactamente qué hilos jalar para construir una narrativa con fuerza y profundidad emocional
, agregó Moncada.
En el contexto del centenario de su natalicio, se vislumbra la posibilidad de organizar un ciclo de cine con la Cineteca Nacional para cerrar esta brecha. La programación incluiría sus obras más reconocidas y las menos exploradas, entre ellas Felicidad (1956), Las visitaciones del diablo (1967) y Escrito en el cuerpo de la noche (2001).
Ver estas películas y revisar estos guiones permitiría redescubrir su maestría en la construcción de historias y reconocer su impacto en la cinematografía mexicana
, concluyó Herrera.