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Arman muestra-manifiesto contra la guerra con obras de Goya, Demián Flores y Vlady
 
Periódico La Jornada
Sábado 15 de junio de 2024, p. 4

El Centro Vlady de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) inauguró el jueves una exposición que, allende lo artístico, busca erigirse en un manifiesto contra la guerra, en específico “contra la masacre del Estado de Israel contra el pueblo palestino.

Pero también queremos la paz entre Rusia, Ucrania y la OTAN, pues en esa guerra se adivina un horizonte bélico y terrorífico para la humanidad, apuntó Fernando Gálvez de Aguinaga, curador junto con Silvia Vázquez Solsona y Tonatiuh Gallardo.

Paz también para un México que quedó atrapado en la guerra contra el narcotráfico, lanzada por Felipe Calderón y encabezada por un criminal que trabajaba como parte interesada de al menos uno de los grupos criminales que decía combatir.

Se trata de Goya, Demián Flores y Vlady: Contra la guerra, con la que ese centro de documentación y experimentación museográfica, que el 21 de junio cumplirá 17 años, prosigue las celebraciones por el nombramiento como monumento artístico de la obra de Vladimir Kibálchich Rusakov (1920-2005), efectuado el año pasado, señaló el secretario general de la UACM, Alberto Benítez.

En ella dialogan los 80 grabados de la serie Los desastres de la guerra, del español Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828); la paráfrasis de 83 piezas hecha a partir de esa serie por el juchiteco Demián Flores (1971), con el título Desastres colaterales, y unas 60 obras del ruso-mexicano Vlady sobre la violencia y la barbarie.

En palabras de Fernando Gálvez, también coordinador del Centro Vlady, es una muestra que, por desgracia, tiene una vigencia pasmosa, y aunque las obras de los artistas incluidos se refieren a distintos momentos históricos, parece que están hablando de Palestina, Ucrania o de las masacres del narcotráfico en Guanajuato.

Vázquez Solsona refirió que en las salas podrá encontrarse un diálogo entre el pasado, el presente y el futuro que se teje desde la insensatez humana y la violencia, que sistemáticamente han sostenido las formas de terror que constituyen y consolidan las diversas formas de poder autoritario.

Consideró que exponer la obra de Goya, además de un honor, es una gran oportunidad para convivir de cerca con ese grande de la pintura, el dibujo y el grabado, quien abrió la puerta de las formas de mirar y representar que dieron las pautas al arte moderno.

Subrayó que en Los desastres de la guerra, experiencia ominosa con la que el artista español plasmó el terror, superó cualquier fantasía y la cruda realidad se presenta entre victimarios y víctimas, donde la sinrazón de la violencia impera y no hay buenos ni malos, sólo muerte y desesperanza.

Al calificar de contundentes las obras de Flores, la especialista apuntó que el artista juchiteco “no sólo apela al modelo iconográfico de Los desastres de la guerra de Goya, sino que se apropia de éste por medio de nuestra historia y nos lega un vestigio de una barbarie con la que aún no podemos terminar”.

Vázquez Solsona indicó que las piezas de Vlady nos sumergen en las revoluciones y contrarrevoluciones donde los heroicos disidentes que toman el poder se corrompen con él.

A su decir, desde el cuaderno uno, en el que Vlady copia el autorretrato de Goya que corresponde al primero de Los caprichos, hasta el final de sus días, “vemos que en su obra hay un aprendizaje profundo de quien él mismo denominó un pintor maldito. Consideramos importante no sólo resaltar sus lecciones sobre la sinrazón y la violencia, sino también elementos como sus estudios para La maja desnuda o de corte satírico que se acercan a la propuesta iniciada por el artista español”.

Serie embodegada

Demián Flores señaló que la serie Desastres colaterales tenía más de 10 años embodegada, tras exhibirse en 2012 en el Museo de la Ciudad e itinerar en otros espacios hasta 2013. Agregó que elaboró esos grabados porque era imposible no enfrentarse a la realidad que vivíamos en el sexenio de Felipe Calderón. Esa guerra contra el narcotráfico que él inició era una cosa absurda.

Aclaró que, en principio, no intentaba parafrasear los grabados de Goya; sin embargo, cuando advirtió que las imágenes del artista español eran atemporales, las mismas que se veían ese entonces en los periódicos, lo que hizo fue hablar desde el mismo lugar donde aquél las había terminado para añadir las situaciones históricas y simbólicas de la guerra que se vivía en México.

Estos grabados guardan el mismo formato, la misma técnica que usó Goya. La complicación es que usé ciertas estrategias del propio dibujo para que no se viera dónde terminaba su mano y dónde empezaba la mía, o a la inversa, agregó.

La exposición permanecerá hasta el 13 de septiembre en el recinto de Goya 63, colonia Insurgentes Mixcoac. Fernando Gálvez la dedica a su amigo Jean Cadet Odimba, abogado y defensor de los derechos humanos asesinado el 5 de junio en Michoacán.