Sábado 15 de junio de 2024, p. 5
La relación del arte y los artistas con el diseño y la producción editorial es tan antigua como esencial. En México sobran ejemplos de ese vínculo, siendo uno de los más significativos el del Fondo de Cultura Económica (FCE), que desde su fundación, en 1934, ha convocado a infinidad de creadores para dar identidad gráfica a sus libros y colecciones.
Tal es, a grandes rasgos, la historia que narra la exposición En el Fondo, no todo son letras: Noventa años de gráfica en el Fondo de Cultura Económica, organizada como parte de los festejos del 90 aniversario de ese sello editorial del Estado mexicano, que se cumple el 3 de septiembre.
Inaugurada el jueves en el Museo de la Cancillería (República de El Salvador 47, Centro Histórico), donde permanecerá dos meses, está conformada por una selección de 250 piezas del acervo de esa casa editora, entre obra gráfica, bocetos, pintura, libros, material fonográfico, maquetas arquitectónicas y una línea de tiempo.
Deben considerarse, asimismo, 14 obras provenientes del Museo Nacional de la Estampa, de autores como Leopoldo Méndez, Alberto Beltrán, Juan Soriano, Fernando Castro Pacheco, Rufino Tamayo, María Teresa Toral, Vicente Rojo, Marysole Wörner Baz, Vlady, Liliana Porter y Alberto Castro Leñero, por mencionar algunos.
Su presencia en ese recinto ocurre luego de su paso, hace un año, por el pabellón de México en la Feria Internacional de Libro de Bogotá, donde, según Marco Barrera Bassols, coordinador de Vinculación Internacional del FCE y uno de sus dos curadores, recibió a medio millón de visitantes.
La exposición, de acuerdo con el también museógrafo, rinde homenaje a ese sello, su historia y algunos de sus colaboradores, al tiempo de que da un panorama del FCE a partir de la obra gráfica que, en relación estrecha con la palabra, ha contribuido a fijar su presencia y forjar su personalidad en México e Hispanoamérica
.
Es, en resumen, la reconstrucción de una historia editorial y, a la vez, un recorrido por la escena artística nacional e internacional, estructurados a partir de seis núcleos temáticos. El más importante, por su extensión, fue curado por Ana Carolina Abad, y es el que se refiere a la historia y la relación entre la gráfica, la ilustración y la historia de los 11 mil 790 títulos publicados por ese sello entre 1935 y el 29 de mayo de este año, explica Marco Barrera en entrevista.
“Iniciamos la exposición con dos núcleos complementarios a la gráfica. En el primero podremos oír los audios de un programa radiofónico, El mirador de América, que el FCE creó al cumplir 15 años. Ahí escuchamos, por ejemplo, a Daniel Cosío Villegas, fundador del sello, hablando sobre el milagro que representó la creación y supervivencia de esta editorial, milagro que 90 años después sigue ocurriendo”, señala.
Para el funcionario, resulta importante que la gente entienda la dimensión de esta editorial en diversos órdenes, entre ellos en el arte creado ex profeso para ilustrar los libros, ya sean las portadas o los interiores, rubro en el que han colaborado los más grandes artistas del país, desde exponentes de la Escuela Mexicana de Pintura y el Taller de Gráfica Popular, hasta la Generación de la Ruptura y otras corrientes.
La lista es inacabable, con nombres como Diego Rivera, Rufino Tamayo, Elvira Gascón, José Moreno Villa, Alberto Beltrán, Leopoldo Méndez, Celia Calderón, Miguel Covarrubias, Juan Soriano, Raúl Anguiano, José Chávez Morado, José Luis Cuevas, Carlos Jurado, Vlady, María Guerra, María Teresa Toral, Manuel Felguérez, Leticia Tarragó, el holandés Boudewijn Ietswaart y Liliana Porter.
De generaciones más próximas se encuentran Alberto Castro Leñero, Alberto Blanco, Juan Pablo Rulfo, Olga Margarita Vázquez, Alfonso Salvador, Alfonso Orozco Mora, Boris Viskin, Helen Escobedo, Francisco Castro Leñero, Perla Krauze, Daniel Lezama, Emilio Said, Estrella Carmona e Irma Palacios, entre otros muchos.
Hay que considerar también a Francisco Toledo, Vicente Rojo y Antonio Helguera, todos ellos fallecidos en años recientes y a quienes se les rinde homenaje con esta exposición, al igual que al diseñador gráfico Rafael López Castro, quien ha mantenido estrecha y fructífera colaboración con esta casa editorial.
La historiadora Ana Abad destaca que los artistas que han participado en el FCE son también figuras relevantes en el arte de México. Entonces, dice, no es un suceso paralelo, sino una pequeña historia dentro de la historia del arte mexicano.
Lo que me gusta de esta exposición es que pone en valor el trabajo artístico que tiene un uso, una función, porque muchas veces está subvalorado. Y lo que hacemos para tal fin es ponerlo a dialogar con el acervo del Museo Nacional de la Estampa, porque la mayoría de los ilustradores son artistas gráficos, en este matrimonio muy antiguo entre el libro y la gráfica
, agrega.
“Entonces, se hace este diálogo de las obras de arte per se con todas estas pequeñas viñetas que, además, uno ve que no son tratadas como obras de arte, al estar anotadas, circuladas o marcadas las cotas donde se van a hacer las reproducciones. Es muy divertido todo eso; también nos enseña el proceso del libro y nos muestra que no es un desarrollo lineal.”
Dentro de la exposición se encuentra instalada una librería temporal del FCE, además de que se colocará un librobús en la plaza contigua a ese recinto ciertos días de la semana, indica Marco Barrera, quien también adelanta que se editará un libro alusivo a la muestra.