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Diferenciar el término niñez trabajadora y no criminalizar, exigen ONG
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▲ Muchos niños y adolescentes trabajan para apoyar a sus familias, señalan grupos civiles. La imagen, en la CDMX.Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Jueves 13 de junio de 2024, p. 13

Diversas agrupaciones de defensa de niños y adolescentes exigieron el reconocimiento de las infancias trabajadoras y un abordaje del trabajo infantil en México, basado en políticas públicas no criminalizantes.

En el caso de la explotación laboral en la industria de la moda rápida (fast fashion), llamaron a tomar conciencia como consumidores y no adquirir prendas elaboradas con base en el trabajo forzado de menores.

En el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemoró ayer, La Red por los Derechos de la Infancia (Redim) y el Colectivo Pro Derechos de la Niñez (Codeni) llamaron a dignificar a los menores que laboran; esto sería un paso fundamental para garantizar los derechos de las poblaciones más vulnerables, como la niñez indígena, migrante e incluso con discapacidad.

Se pronunciaron por dejar de criminalizar a las familias que se ven obligadas a trabajar por las desigualdades, la pobreza y la violencia que las rodea. Es urgente proteger a quienes contribuyen al ingreso del hogar. Debemos recordar que alrededor de uno de cada cinco niños y adolescentes que laboran en México lo hacen para subsistir a las necesidades económicas de sus familias.

El trabajo infantil es aquel que priva a los niños de su potencial y su dignidad, siendo perjudicial para su desarrollo físico y mental, según la Organización Internacional del Trabajo. Sin embargo, “desde Codeni y la Redim buscamos diferenciarlo del término niñez trabajadora o infancias trabajadoras, ya que no todos los que trabajan se encuentran privados de su potencial y dignidad.

Desde un enfoque de sus derechos, esta visión les resta autonomía y participación sobre sus aportaciones a las familias, a su comunidad e incluso a la economía, señalaron, por lo que pidieron garantizar los derechos humanos de ese sector de la población, cuyas condiciones de desigualdad, discriminación y pobreza los llevan al trabajo infantil y, en los peores casos, a ser víctimas de explotación y reclutamiento por parte de grupos delincuenciales.

Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancia Latinoamérica y el Caribe, indicó: teníamos la noción de que la explotación laboral en la industria textil ocurría sólo en Asia, pero no es así. En América Latina se ha dado el surgimiento de estas modalidades con pequeñas maquilas familiares o talleres clandestinos de elaboración de ropa de muy bajo costo. No es ropa barata, sino producto de la explotación, porque si se pagara la mano de obra como debiera no tendría ese precio.

En el foro Fast Fashion: la nueva moda de la explotación laboral infantil, expusieron que en el mundo 50 millones sufren explotación laboral, y 12 por ciento son niños menores de 12 años; gran parte de estas cifras pertenecen a la industria textil.