Miércoles 14 de octubre de 2020, p. 18
Cercados por las necesidades de gasto que conlleva la crisis sanitaria y por finanzas públicas lastradas por la deuda, los países con economías de ingreso bajo y medio exhortaron a las grandes potencias para que hagan más por reducir las presiones de endeudamiento y promover un acceso paralelo a la vacuna contra el Covid-19.
“No es el momento de que las grandes potencias económicas del mundo se vuelvan hacia adentro (…) La angustia por la deuda soberana está creciendo, mientras que los mercados internacionales son restrictivos. La perspectiva de una década pérdida en desarrollo es muy real”, advirtió Ken Ofori-Atta, ministro de Finanzas de Ghana y presidente del G-24.
En el contexto de las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, el ministro recalcó que dada la crisis del Covid-19 se ha perdido la capacidad productiva real, los ingresos y las remesas han bajado, en tanto que la fuga de capitales ha aumentado, todo mientras se debe gastar para atender la pandemia.
Como portavoz del G-24 –al que pertenecen economías en desarrollo como México y Brasil– Ofori-Atta instó a lograr una mayor transparencia de la deuda y a que la iniciativa de suspensión de servicios de deuda del Grupo de los 20 (G-20 países más avanzados) se aplace más allá de 2020. Necesitamos ver una gran urgencia de cambio por parte de todos los actores, con todas las opciones sobre la mesa
.
En abril, durante la primera oleada de contagios por Covid que derivó en confinamientos globales, el Banco Mundial impulsó con el FMI y el G-20 (al que también pertenece México) una iniciativa para la suspensión del pago del servicio de la deuda para las economías más pobres. En aquel momento se logró extenderlo hasta el cierre de 2020. A la fecha, de 73 países elegibles, 40 han solicitado los aplazamiento.
Sin embargo, se estima que 100 millones de personas han caído en la pobreza en países de ingresos bajos y medios y los trabajadores han perdido 15 por ciento de sus ingresos, aseguró.
Por ello, además de una solución a la deuda más amplia, el G-24 llamó a brindar vacunas asequibles a todos los países, dado que la recuperación podría verse retrasada por oleadas recurrentes de infecciones a medida que se alivien las medidas de distanciamiento social.
David Malpass, presidente del Banco Mundial, informó que la suspensión para el alivio de la deuda podría extenderse seis meses más, hasta mediados de 2021 y no se prevén condiciones políticas para extenderlo más. Reconoció que sin China y los prestamistas privados el programa está más acotado. Según datos del organismo, la iniciativa, que sólo aplaza y no cancela ninguna obligación, liberó 5 mil millones de dólares para reforzar la respuesta al coronavirus desde que arrancó en mayo pasado, menos de 3 por ciento de los 178 mil millones de dólares que los países más pobres adeudan al G-20, sobre todo a China.