La práctica de la subcontratación laboral creció de manera muy importante y acelerada en el país entre los años 2004-2014, al pasar de un millón a 3 millones de trabajadores en este lapso, además de que cayeron sus remuneraciones y sus contribuciones a la seguridad social, concluye un estudio realizado en El Colegio de México (Colmex).

Presentada en el seminario Subcontratación en México: Balance y Alternativas de Regulación, la investigación señala que aunque el fenómeno se ha diversificado y vuelto práctica recurrente en múltiples sectores productivos, la subcontratación también se encuentra extraordinariamente concentrada en tan sólo 75 mil 842 establecimientos, de un total de 4.2 millones de ellos, es decir, en 1.79 por ciento delas empresas, sobre todo de tamaño medio y grandes.

Landy Sánchez Peña y Edith Pacheco Gómez, ambas profesoras-investigadoras del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales del Colmex, explicaron que la subcontratación se ha diversificado y expandido en distintos sectores de la economía mexicana, e incluso se encuentra ya arraigada, por lo que sería muy difícil su prohibición, aunque plantearon una adecuada fiscalización, con la ventaja de que se tienen identificados los establecimientos que recurren a esa práctica.

En su intervención, Landy Sánchez detalló que de los más de 75 mil establecimientos que declararon tener personal suministrado por otra razón social, 56 mil también reportaron que todo su personal era subcontratado, situación que en la actualidad representaría una violación a la legislación laboral.

En este sentido, explicó que esta información corresponde a 2014, basada en datos obtenidos en 2013, por lo que se infiere que acababa de entrar en vigor la legislación en la materia. “No sabemos los datos actuales –debido a que los próximos estarán listos a mediados de 2020–, probablemente las empresas hicieron ajustes legales después de la ley, pero en ese momento implicaba que cien por ciento de su personal era subcontratado”.

Asimismo, destacó que estas cifras son sólo parte de la realidad, pues la información disponible es insuficiente. Por ejemplo, no se puede cuantificar la subcontratación que hace una empresa de los servicios de vigilancia, limpia y comedor, pues de ellos no aparece cuánto personal involucra, y sólo se conoce el monto que representa contratar estos servicios, pero se desconoce a qué equivale en términos de empleo y el pago que se les hace. En realidad estamos cubriendo sólo una parte de la subcontratación, señaló.

Graciela Bensusán, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco, afirmó, por su parte, que dentro del gobierno y entre los legisladores no existe una posición respecto a prohibir este fenómeno, pero sí de restringirlo y supervisarlo, además de que para ello existe hoy una mayor coordinación entre el IMSS, el SAT, el Infonavit y autoridades del Trabajo.