Las causas de la violencia en contra de las mujeres están relacionadas con las creencias y prácticas que reproducen estereotipos sexistas, discriminación y desigualdad. Aunque los medios de comunicación han jugado un papel importante para difundir estas acciones, también son un elemento fundamental para construir una cultura que garantice los derechos de ellas, afirmaron especialistas.

En el foro Legislando la violencia contra las mujeres y las niñas en y a través de los medios de comunicación, la catedrática del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Aimée Vega Montiel, dijo que la publicidad y las telenovelas son las que emiten más mensajes de apología a la violencia.

Señaló que desde hace más de cinco décadas las feministas han aportado evidencia sobre la reproducción de estereotipos sexistas en los medios que perpetúan todos los tipos de violencia.

Agregó que la narrativa puede cambiar y estas herramientas de información y entretenimiento pueden convertirse en un factor para prevenir las agresiones contra las mujeres, la contribución para la generación de una consciencia social sobre las causas y consecuencias de la discriminación y desigualdad entre mujeres y hombres.

Vega detalló que para lograr ese cambio en los medios de comunicación requieren acciones dentro y fuera de ellos, primero con la promoción de un cambio institucional que favorezca la igualdad de género, garantizar paridad, así como la seguridad de sus trabajadoras, y en lo segundo, al eliminar de sus contenidos los estereotipos sexistas, el discurso de odio y la apología de la violencia.

Andrea Medina, abogada feminista; Priscila Ruiz, de Artículo 19; la investigadora de la Universidad Federal de Bahía Graciela Natansohn y la diputada del Congreso de la Ciudad de México, Pula Soto, destacaron la violencia que se ejerce contra las mujeres en redes sociales, así como en sitios de citas o servicios de mensajería.

Medina señaló que a partir de las denuncias que se realizaron a través del movimiento #MeToo prácticamente ninguna fue investigada por las autoridades.