No pretendo felicitar a Alberto Fernández; creo que Argentina eligió mal: Bolsonaro
Martes 29 de octubre de 2019, p. 22
Río De Janeiro. Tan pronto se conoció el resultado de las elecciones del domingo en Argentina, el presidente neofascista Jair Bolsonaro se manifestó. Lo lamento
, dijo, y agregó: “No tengo bola de cristal, pero creo que Argentina eligió mal. El primer acto de Alberto Fernández fue decir ‘Lula libre’. Ya dejó claro a qué vino”.
Además, expresó: No pretendo felicitarlo. Por ahora no vamos a indisponernos. Vamos a esperar a ver cuál es su posición real en la política. Porque él va a asumir la presidencia, va a enterarse de lo que ocurre y veremos cuál línea adoptará
.
El tono amenazante refuerza las manifestaciones de Bolsonaro durante la campaña electoral en el país vecino, siempre agresiva contra Alberto Fernández y muy especialmente contra la ahora vicepresidente electa, Cristina Fernández de Kirchner.
También aprovechó para lanzar una advertencia: en caso de que Argentina no acepte aprobar la rebaja en la llamada TEC (tarifa externa común) que del actual 13.6 por ciento a las importaciones cuyo origen esté fuera del Mercosur, pasaría a 6.4, o sea, poco menos de la mitad, Brasil adoptará medidas
.
Analistas y empresarios de ambos países advierten que la nueva TEC defendida por Bolsonaro sería una amenaza fatal a la industria del bloque; el mismo Macri rehusó llevar adelante la discusión. Los mayores beneficiarios serían los chinos, seguidos de Estados Unidos.
Pero Bolsonaro insiste. Y advierte que si Fernández no se adhiere a lo que pretende, podrá proponer a los otros dos socios, Paraguay y Uruguay –cuyas plantas industriales son de muy poco peso comparadas con las brasileñas y argentinas–, la suspensión de Argentina. Con base en qué, no dice. En los tratados del bloque la suspensión sólo se justifica cuando surge una amenaza a la democracia.
Bolsonaro ya había insinuado que podría retirar a Brasil del Mercosur. Luego, volvió atrás para concentrarse en amenazar a vecino. Todo indica que fue advertido de que sacar a Brasil, además de ser inviable políticamente, sería un desastre radical para la economía brasileña. Y al parecer, nadie le advirtió que amenazar tan duramente a un gobierno recién electo es un error de consecuencias imprevisibles.
Para echar más gasolina al fuego, Ernesto Araujo, ministro de Relaciones Exteriores, sostuvo que son las fuerzas del mal
las que celebran la victoria de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
Más allá de poner en riesgo el diálogo entre ambos países, la postura agresiva brasileña –que repercutió mal también en Brasil– pone en riesgo la atmósfera del bloque sudamericano como un todo. El acuerdo Mercosur-Unión Europea, por ejemplo, podría retrasarse.
Las atenciones del empresariado brasileño ya estaban puestas en Argentina (tercer socio comercial del país, atrás de China y Estados Unidos) a raíz de la profunda crisis enfrentada por el país vecino, y que llevaron las exportaciones a un desplome contundente.
Si se refuerza la tensión también en el escenario político, sus reflejos sobre el país de Bolsonaro podrán ser aún más significativos.