Santiago. El presidente de Chile, Sebastián Piñera, removió ayer a ocho ministros, incluido el cuestionado titular del Interior, Andrés Chadwick, con el objetivo de relanzar los trabajos del Ejecutivo y calmar las masivas protestas antigubernamentales, las más graves desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que han dejado 20 muertos, mil heridos y 3 mil 535 detenidos.

Chile no es el mismo de hace un par de semanas. El país cambió y el gobierno tiene que enfrentar estos nuevos desafíos y los nuevos tiempos, afirmó el mandatario al tomar protesta a sus nuevos ministros, tras el desplome de su popularidad a 14 por ciento, según la encuestadora Cadem.

En el momento en que Piñera anunciaba los cambios en el gabinete, miles de personas se enfrentaban con fuerzas de seguridad en Santiago frente al palacio de La Moneda y cientos más avanzaban hacia el Congreso, donde los carabineros les cortaron el paso con cañones de agua.

Según el diario La Tercera, un intenso incendio se reportó en un centro comercial ubicado en la Alameda, donde hubo saqueos. También se informó de enfrentamientos en las ciudades de Valparaíso y La Concepción, entre inconformes y elementos de seguridad, al tiempo que se espera una misión de la Organización de Naciones Unidas para verificar denuncias de violaciones a los derechos humanos en el contexto del estallido social.

Piñera nombró a Gonzalo Blumel, ex secretario general de la presidencia, al frente del ministerio del Interior, en remplazo de Chadwick, primo del mandatario y quien lo acompañaba desde su primer gobierno (2010-2014). Felipe Ward, titular de Bienes Nacionales, sustituye a Blumel en el puesto vacante.

En Hacienda se nombró a Ignacio Briones, ex decano de la escuela de gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, en remplazo de Felipe Larraín, cuestionado por su recomendación a los románticos de comprar flores cuando en septiembre no se registró inflación y bajó el precio.

La ex intendenta de Santiago Karla Rubilar asumió como vocera del Ejecutivo, en remplazo de Cecilia Pérez, quien pasó al ministerio de Deportes. Los cambios se extendieron a las carteras de Trabajo y Economía, Fomento y Turismo.

Piñera mantuvo al ministro de Defensa, Alberto Espina, criticado por la actuación de las fuerzas armadas durante el estado de emergencia que rigió hasta el domingo; a la ministra de Transporte, Gloria Hutt, rechazada por afirmar que no era posible bajar las tarifas del Metro, y a la ministra de Educación, Marcela Cubillo.

Analistas opinaron que los nuevos funcionarios forman parte del ala más liberal de la derecha gobernante, con visiones mucho más sociales.

En tanto, la Central Unitaria de Trabajadores y decenas de organizaciones sociales llevaron a cabo un paro nacional ayer, mientras en redes sociales circularon llamados a reunirse este martes frente al palacio presidencial y a protestar en la plaza Italia, donde el viernes se realizó una concentración histórica de más de un millón de personas.

La crisis comenzó el 17 de octubre con el reclamo por el alza a la tarifa del Metro y luego se extendió a peticiones que van desde la renuncia de Piñera hasta una nueva Constitución y una reforma de los sistemas de pensiones y de salud, aunque según analistas el trasfondo de la crisis es la desigualdad.