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El triunfo en primera vuelta aún es incierto

Evo Morales aventaja 10 puntos a Mesa con 98.02% de escrutinio

Conteo da al presidente de Bolivia 46.76% de votos por 36.76 del rival

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▲ Simpatizantes del presidente Evo Morales y del opositor Carlos Mesa se enfrentaron ayer en la provincia de Santa Cruz, bastión de la derecha. La falta de claridad en los resultados de los comicios del pasado domingo ha provocado protestas y un paro convocado por organizaciones civiles en nueve departamentos del país.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de octubre de 2019, p. 24

La Paz. El presidente de Bolivia, Evo Morales, lograba anoche una ventaja suficiente en el conteo oficial de las elecciones como para ganar un nuevo mandato en primera vuelta, después de días de multitudinarias protestas que denunciaron la manipulación de los comicios.

Con 98.02 por ciento de votos escrutados por la autoridad electoral, el izquierdista Morales obtenía 46.76 por ciento frente a 36.76 de su rival de centroderecha, Carlos Mesa, informó el Tribunal Supremo Electoral (TSE), cuyas autoridades no hicieron declaraciones sobre el escrutinio.

La agencia de noticias Ap indicó que las boletas restantes podrían hacer variar la distancia entre los dos principales candidatos.

La ley contempla que para ganar en primera vuelta un candidato debe obtener 50 por ciento de votos más uno o lograr 40 por ciento y tener una diferencia de al menos 10 puntos sobre el segundo.

Horas antes, el mandatario acusó a la oposición de armar un golpe en su contra, con el apoyo de la derecha internacional, mientras la Organización de Estados Americanos (OEA) mencionó que la mejor opción sería que hubiera segunda vuelta, aunque Morales ganara con la diferencia suficiente para imponerse en la primera.

Cientos de personas con banderas y fuegos artificiales se concentraron anoche afuera del edificio del TSE de La Paz.

La oposición y agrupaciones ciudadanas denunciaron fraude en protestas que se extendían por todo el país. En la provincia de Santa Cruz comenzó un paro indefinido.

El escrutinio se retrasó porque en la región de Chuquisaca no se reanudó el conteo luego de que durante las protestas violentas del martes se quemó el tribunal electoral local.

El recuento oficial de los sufragios se mantuvo casi intacto durante el día, con Morales liderando pero con menor ventaja de la requerida para evitar un la segunda vuelta.

En un combativo discurso ayer en La Paz, Morales criticó los hechos violentos de antier, que incluyeron la quema de oficinas electorales y enfrentamientos entre policías y manifestantes, a los que apuntó como focos instigados por la oposición y la intervención extranjera.

He convocado a esta conferencia para denunciar ante el pueblo boliviano y el mundo entero: está en proceso un golpe de Estado de la derecha con apoyo internacional, aseguró Morales.

En su discurso, el presidente pidió a los bolivianos defender la democracia. Más tarde, el líder indígena buscó en un acto en Cochabamba el respaldo de las fuerzas militares, una fuente de apoyo político clave.

“Hago un llamado a nuestro pueblo, a organismos internacionales, instituciones y personalidades a defender la democracia. Nos declaramos en estado de emergencia y en movilización pacífica, constitucional y permanente para defender la democracia que tanto le ha costado a #Bolivia”, tuiteó Morales.

Mesa llamó ayer a manifestantes a realizar protestas permanentes hasta que se confirme una segunda vuelta en los comicios presidenciales y aseguró que presentará evidencia de prácticas de fraude electoral.

Manifestantes enojados por lo que consideran un intento del gobierno de manipular los resultados realizaron una protesta masiva en la noche del martes en La Paz frente al hotel donde la junta electoral del país procesa los votos restantes.

En las calles, jóvenes cantaban que no querían vivir en una dictadura como la de Venezuela.

Las protestas en Bolivia comenzaron luego de que el conteo oficial de votos se paralizó por casi 24 horas a partir de las últimas horas del domingo.

Fue entonces cuando Morales pronosticó que su partido, el Movimiento al Socialismo, obtendría un triunfo en primera ronda, gracias al voto rural que faltaba por contabilizar y cuando los datos iniciales indicaban que tendría que ir a segunda vuelta electoral para tener un cuarto mandato consecutivo.

La OEA cuestionó el recuento de votos y adujo un drástico e inexplicable cambio en la tendencia de sufragios, dañando la confianza en el proceso.

En una reunión el miércoles para discutir los acontecimientos en Bolivia, la OEA manifestó que Morales no podía proclamarse ganador y recomendó que, aun si logra una ventaja de 10 puntos respecto de su rival más cercano, se debería ir a segunda vuelta electoral.

En su turno, los representantes de México y Nicaragua destacaron que el escrutinio aún no ha finalizado y defendieron la no interferencia en los asuntos internos de los países. El trabajo de las Misiones de Observación Electoral es de naturaleza técnica y no vinculante, no dictamina elecciones, recalcó la embajadora mexicana, Luz Elena Baños.

Estados Unidos, Brasil y la Unión Europea expresaron su preocupación por la integridad del proceso electoral.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, al respaldar a Morales señaló que lo que sucede en Bolivia es un golpe de Estado anunciado.