Dos policías del poblado serrano de San Juanito, municipio de Bocoyna, en la Sierra Tarahumara, fueron privados de la libertad y asesinados por un grupo criminal cuando trasladaban a un enfermo en una ambulancia. Sus cadáveres fueron localizados este jueves a la entrada de la localidad, encobijados y con impactos de bala en la cabeza.

La fiscalía de Chihuahua en la zona occidente informó del hallazgo de los cuerpos de Luis Carlos G. A., de 25 años de edad, y Oswaldo A. C., en la salida del poblado de San Juanito, en las inmediaciones del lugar conocido como Yerbanís.

En el centro de San Juanito se localizó abandonada la ambulancia en que los dos agentes trasladaban a un enfermo la tarde del miércoles, cuando fueron interceptados por hombres armados.

En ese poblado, el 3 de octubre un comando atacó la comandancia de la policía municipal y asesinó a un agente, además de secuestrar a cuatro jóvenes detenidos por faltas administrativas. Horas después los asesinaron y abandonaron sus cuerpos en un camino de terracería.

El fiscal estatal, César Peniche Espejel, informó que el grupo criminal La Línea, vinculado al cártel de Juárez, secuestró y mató a los dos policías la noche del miércoles y también es responsable del ataque del 3 de octubre, derivado de una disputa con el cártel de Sinaloa por controlar la zona.

La noche del miércoles en Ciudad Juárez, un joven fue asesinado a tiros en la colonia Santa Rosa, en el poniente de la ciudad.

En Jalisco, hombres armados que viajaban en una camioneta dispararon a una patrulla de la policía municipal de Lagos de Moreno la madrugada de este jueves. No hubo lesionados y los agresores lograron huir. Hace apenas 34 días renunció el comisario de seguridad pública de esa localidad, Carlos Suárez Martínez.

En Nuevo León, el secretario de Gobierno, Manuel González, afirmó que la entidad vive su mejor momento de seguridad en lo que va del siglo y continúa mejorando, pues todos los índices delictivos van a la baja.

Sin dar detalles, el funcionario indicó que las investigaciones apuntan a que las seis personas asesinadas y calcinadas en Monterrey en los 10 días recientes, encontradas en distintas zonas de la ciudad, tenían relación con grupos delictivos.