Guadalajara, Jal., Mientras los mercados globales comienzan a obtener grandes beneficios del cultivo, proceso y comercialización de la mariguana, México –uno de los principales productores a nivel mundial– se está tardando, consideró Lorena Beltrán Franco, directora general de la organización CannabiSalud, que organiza del 31 de octubre al 2 de noviembre en la Ciudad de México la tercera edición del Congreso Medicinal de Cannabis.

Lamentó que en el país existan aún muchas trabas para despenalizar la mariguana en sus diferentes usos, especialmente en el rubro de la salud. Ante la lentitud para legislar a nivel federal, sugirió que sean los estados y los consumidores quienes promuevan la regularización mediante amparos y obtener un permiso para su cultivo y consumo privado, como ya ocurre, aunque en muy contados casos.

Pidió a los médicos mexicanos informarse bien acerca de los probados beneficios para la salud con el consumo de cannabinoides, otra área en la que México va quedando a la zaga ante los amplios avances medicinales que se reportan, sobre todo en Estados Unidos, España e Israel, por la investigación de una planta que es una maravilla.

Dijo que, por ejemplo, la doctora española Cristina Sánchez, profesora de bioquímica y biología molecular en la Universidad Complutense de Madrid, ha obtenido grandes avances en el contexto oncológico para explotar clínicamente el potencial antitumoral de los cannabinoides en el cáncer de mama.

También habló de los notables resultados clínicos obtenidos por Sari Prutchi Sagiv en el tratamiento de la endometriosis, una condición en la que pequeñas partes del tejido que recubre el útero crece en otros órganos pélvicos, por ejemplo los ovarios o las trompas de falopio.

Expuso que la regularización de la mariguana puede servir para mejorar la economía del campo, es decir, que las personas que la cultiven sean quienes se queden con la mayor parte de la ganancia.

Estamos muy avanzados para decir que en México somos una sociedad conservadora, cerrada a estas posibilidades de un tratamiento natural, a un remedio herbolario, a una planta que siempre ha estado con nosotros y se prohibió hace apenas 96 años, concluyó Beltrán Franco.