En Oaxaca reclaman que no llega el apoyo federal
Lunes 7 de octubre de 2019, p. 5
Santiago Juxtlahuaca, Oax., Llegaron desde poblados a varios kilómetros a la redonda, con sus carencias, peticiones y esperanzas, pero también con sus acendradas diferencias, que tuvieron un nuevo episodio que casi suscitó una nueva trifulca. Vinieron a atestiguar la visita presidencial cientos de trinquis, quienes escucharon a Andrés Manuel López Obrador llamarlos a la concordia y anunciarles el inminente inicio de una gira para encontrarse con los pueblos originarios: “si van a llegar a un acuerdo –que sería histórico–, empiezo en San Juan Copala”.
Esa comunidad ha sido epicentro de una disputa intestina entre triquis. Con gritos y pancartas reflejaban el cúmulo de necesidades (escuelas, caminos, clínicas, doctores), pero también los pleitos. Tenían algo en común: ansiaban el anuncio de apoyos por el paso de la tormenta Narda. Infortunadamente para ellos, López Obrador no lo abordó y sí, en cambio, se dio espacio, en su larga intervención, para cuestionar a quienes se oponen a su política de austeridad y lucha contra la corrupción como fórmula para financiar la política social.
Detalló lujos y despilfarros del pasado, incluidos los elevados salarios que ya se terminaron con la nueva legislación que regula las percepciones para que nadie más gane hasta 700 mil pesos mensuales: el que se atreve a recibir un sueldo así, es un corrupto (...) hay algunos que no les gustó la ley para que nadie gane más de lo que recibe el Presidente. Se ampararon, pues pueden ganar legalmente, pero moralmente son la nada, nada, nada
, puntualizó.
Desde temprano comenzaron a llegar los triquis de una y otra organización, lo mismo del Movimiento Unificado de Lucha Triqui que del Comité de Resistencia Indígena de Juxtlahuaca. Y en su empeño por tener presencia dominante casi llegan a una trifulca. Las protestas contra Nicolás Feria, presidente municipal, se contrarrestaban con la mayoritaria presencia de sus huestes.
Quienes lograron el paso a la sede del hospital guardaban la esperanza de hablar con él mandatario al menos cinco minutos. Pacientes aguardaron su llegada.
Con el bastón de mando que le confiere el cargo de agente municipal, Cempoaxóchitl Santiago, una mujer de 30 años, expresó la preocupación de su pueblo: los apoyos a damnificados. La lluvia se pasó a traer toda la milpa
. Describió una tribulación que trasciende su comunidad y agobiaba a centenares de asistentes que asumen el desastre que significa la pérdida total de la cosecha.
Ya metimos en la semana nuestro papel
, confió Adolfo Morales, de Lázaro Cárdenas, donde se informaba de las parcelas siniestradas y los indígenas afectados.
No hubo suerte, López Obrador no les dijo nada de lo que querían oír. Acá en la Mixteca oaxaqueña se requiere de todo, pero esta vez hay necesidades más urgentes e inmediatas porque tienen que ver con lo que van a comer.
Pesaron más en el ánimo presidencial las ostensibles diferencias, los gritos que escuchó y las denuncias que vio en las pancartas: ya hay que dejarse de pelear ¿Qué ganamos peleándonos?
Les pidió en un primer momento, poco antes de ofrecer el rencarpetado de los deteriorados caminos de esta región.
Hacia el final, retomaría su petición del cese de los pleitos: ya quedamos: diálogo, nada de pleito, nada de represión
. Aquí adelantó que terminando la gira de los hospitales voy a empezar una para hablar con todos los pueblos originarios. No voy a andar con secretos, mi pecho no es bodega. Si se va a dar un acuerdo (aquí) empiezo la gira en San Juan Copala (a una hora de Santiago Juxtlahuaca); si hay diálogo entre todas las expresiones de la cultura triqui, aquí firmamos un acuerdo de paz que va a ser histórico
.
Protestas
Aunque ovacionado en las dos concentraciones que encabezó, en Huajuapan de León, López Obrador encontró inconformidad entre los asistentes, porque no han distribuido los apoyos que les dijo que ya se le daban a la gente. Ni la pensión de adultos mayores ni las becas ni la ayuda de Jóvenes construyendo el futuro.
Usualmente motivo de aplausos, esta vez la descripción de programas sociales provocó un desencuentro con la comunidad en el hospital rural del IMSS.
Habló de la pensión a adultos mayores.
¡No ha llegado!
, gritaron.
Presumió 11 millones de becas.
“¡No hay!, le reviraron.
–¡Cómo no!, sostuvo el Presidente.
–No han llegado
–¿Ustedes creen que yo me dejo engañar? Ahora les doy el dato: 2 mil 506 estudiantes de preparatoria. ¡Me canso ganso! Y a los que no les ha llegado, les va a llegar. No es lo mismo que antes, esto ya cambió. Y no nos confundan, vayan respetándonos –agregó molesto, aunque matizó–, lo digo cariñosamente.