Madrid. Carmen Maura protagoniza Cuernavaca, la ópera prima del director mexicano Alejandro Andrade Pease, que más que ser una denuncia, es una película de emociones, que da cuenta de ciertas realidades, según aifrmó la actriz en entrevista, con motivo del estreno de la cinta el viernes en España.

Las realidades de Latinoamérica son muy duras y muchos viven en una pompa en la que también hay violencia, señaló.

Cuernavaca es un mundo que no tiene mucho qué ver con la Ciudad de México; es mucho más tranquilo, más bien de veraneo. La película representa más allá de lo que se ve, indicó la actriz, sobre la cinta que fue rodada en 2016.

Al respecto, destacó que le ilusionaba la idea de volver a grabar en México, pero que, al mismo tiempo, le han impresionado los paralelismos “entre la violenta realidad de ese país con la película.

En el rodaje hay una escena en la que pasamos con los coches en una carretera y se ven unos muertos, rodamos con unos muñecos en el suelo, pues en la carretera de al lado había unos muertos reales. La realidad mexicana es dura, sostuvo la actriz.

Maura lamentó la violencia de América Latina que ha hecho que no vuelva a países como Venezuela o Colombia.

En la cinta, la artista interpreta a una abuela que debe cuidar de su nieto Andy, cuya madre fue asesinada por una banda de ladrones. El niño viaja hasta la casa de ella en Cuernavaca, donde se enfrenta al rechazo de la anciana, a los peligros del hijo del jardinero y a la búsqueda de su padre.

Complicado defender al personaje

Maura aseguró que le ha sido complicado defender al personaje, por ser muy desgraciado en contraste con la personalidad positiva de la actriz. Lo más complicado fue la relación con el niño, porque la abuela no se lleva bien con nadie. Sin embargo, hay que ver más allá. Creo que la historia no acaba allí.

Expresó sentirse muy bien por ser parte del proyecto. Yo lo de la carrera nunca me la he tomado muy en serio, por eso tengo que divertirme y debe gustarme.

La película cuenta también con las actuaciones de Moisés Arizmendi, Emilio Puente y Mariana Gajá.

Por su parte, Andrade explicó que la película parte del recuerdo de la casa, de estilo neocolonial, que su propia abuela asturiana tenía en Cuernavaca. "Cuando empecé a escribir vivía en Lavapiés y mi casa me recordaba mucho a esa casa, donde vivía mi abuela, que también era una mujer encerrada por el miedo y el dolor, pero muy dura y violenta”, declaró el realizador, quien describió su ópera prima como una historia intimista y cerrada.

En esta línea, el cineasta ha destacado que el intimismo o cercanía le ha permitido contar una realidad más dura que está dentro de todos los mexicanos, aunque ha coincidido con Maura en que no es una denuncia.

En México vivimos una realidad violenta y de mucho peligro que cada vez está peor. Alguien que decide secuestrar o robar es porque no está bien, tiene algo roto, afirmó.

Alejandro Andrade señaló que el largometraje ha servido para mostrar apectos como el machismo y la ausencia del padre, que son muy fuertes en América Latina.

Asimismo, destacó que en la cinta hay una reflexión sobre “el aislamiento de algunos extranjeros frente a lo que sucede en estas ciudades violentas, a su realidad social.

Incorporar a una abuela española tiene que ver con una reflexión sobre lo que representa España para los mexicanos, pero también quería indagar sobre el sistema de castas que prevalece en la República, donde vemos que muchos extranjeros compran grandes casas, aunque se aíslan de la violencia de la calle, puntualizó.

Cuernavaca, que se estrenó en México en 2018 y ya se ha visto en seis países, se proyectará en el Oaxaca FilmFest y se podrá ver en Amazon Prime Video.