Migrar para sobrevivir, aun cuando el destino es África. Así ha sido la carrera del técnico mexicano Javier Martínez, quien después de dirigir en Uganda, ahora salta a Ruanda para asumir el banquillo del Rayon Sports, uno de los clubes más importantes del este del continente.

Recorrer cientos de kilómetros para trabajar en uno de los países con una de las heridas más cruentas en su historia reciente no es por predilección. Martínez llega a Ruanda porque le han ofrecido algo que no ha podido encontrar en México, su país natal; la oportunidad para dirigir un club de futbol.

Después de trabajar el año pasado en el club Vipers de Uganda, Martínez regresó a México para buscar un espacio en el futbol, así fuera de auxiliar en el Ascenso o Segunda División. Los respaldaban el trabajo que hizo en las fuerzas básicas de Cruz Azul, experiencias en Nicaragua, Guatemala y la más exótica en África, pero ningún club o promotor pusieron a prueba su conocimiento.

En México mandan los representantes

Mandé alrededor 300 correos con mi currículum, pero nadie se dignó a contestar, ni para un puesto como auxiliar. En México mandan los representantes, que se manejan por intereses y si no eres su amigo estás fuera, lamenta el entrenador desde tierras africanas.

En su pasó con los Vipers, Martínez tuvo buenos resultados en la liga local, pero en la Liga de Campeones Africana fueron eliminados y el club le rescindió su contrato. Con lo poco que teníamos hicimos mucho, pero querían que llegáramos a la final y hay otros clubes con mayor inversión. Cuando terminé mi relación laboral en Uganda, me retuvieron pagos y tardé en regresar a México.

Mientras acá ni siquiera leían sus correos, clubes africanos y de Centroamérica contactaban a Martínez para contratarlo. La oferta que lo convenció fue la del Rayon Sports, club que ha sido campeón del torneo de Ruanda y que ha competido en la Liga de Campeones Africana.

Martínez deja a su familia y viaja sólo a África. Tolera el proceso para entrar al continente, las vacunas contra la fiebre amarilla, el dengue, tener que aprender algunas frases en las lenguas nativas, ser entrenador y por momento sicólogo y nutriólogo de su equipo.

Me adapto a todo porque amo el futbol y aquí me da un oportunidad para trabajar, dice con tranquilidad. Sí me gustaría dirigir en México, pero el mercado está saturado de extranjeros que incluso ya están en la Tercera División, hay capacidad con los técnicos locales pero no hay oportunidades.

Con el Rayon, el timonel mexicano deberá conseguir el bicampeonato en el torneo local de Ruanda, donde el club se ha coronado en ocho ocasiones y su principal adversario es el APR FC. El reto mayor será disputar la Liga de Campeones Africana, la directiva anhela el título.

En África los entrenadores no están capacitados, no tienen licencias de técnicos profesionales, por eso buscan a gente de otros países. Mientras los futbolistas africanos tienen gran talento e impresionan con su fortaleza física, tienen severos problemas en la alimentación, hay falta de proteína y eso les afecta en su desempeño, explica.

En Ruanda, el ambiente es diferente al que percibió en Uganda; aquí no veo represión y tienen una cultura del futbol más desarrollada, detalla emocionado el timonel, que sin importar las circunstancias y el lugar se abre camino en el balompié.