La mala industria quiere un etiquetado que sea incompresible y se vale de mecanismos tramposos y mafiosos para impedir la aprobación de etiquetas claras y comprensibles, sostuvo el senador chileno Guido Girardi, reconocido con el Premio Jaques Diouf de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) por ser autor de la Ley de Etiquetado Nutricional, aprobada en aquel país.

En el foro Etiquetado frontal de advertencia en América Latina, el legislador instó a que no llamen alimento a la basura y citó como ejemplo los cereales industrializados, que son altos en azúcar.

Expuso que en Chile la batalla por el etiquetado frontal de advertencia con sellos negros fue larga y estuvo obstaculizada constantemente por la industria de productos no saludables, pero finalmente se logró.

Las empresas que promueven etiquetados complejos, como el GDA usado en México, violan las normas más básicas del mercado, que es la simetría de la información, porque ellos saben lo que venden, y nosotros no sabemos lo que comemos. La industria entonces pone obstáculos para no tener un etiquetado claro, sostuvo.

Comentó que en Chile si tienes sello no puedes tener publicidad en televisión. Ahí se corta el canal de difusión. No puede haber compras públicas del Estado de alimentos que tengan sellos ni pueden venderse en colegios.

Subrayó que los pobres son los más afectados por la forma no saludable de comer. Este sector tiene 157 por ciento más posibilidades de ser obeso y 328 por ciento de mayores posibilidades de desarrollar diabetes y el doble de riesgo de desarrollar cáncer”.

Sostuvo que hoy la mayoría de las personas no comen alimentos, sino marcas y estatus, comen entonces patrones de consumo.

Detalló que antes de ley de etiquetado los niños en Chile estaban a expuestos a 4 mil 800 espots al año, más de 10 diarios, hackeando su cerebro”.

Lorena Rodríguez,académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, refirió que el sobrepeso y la obesidad son un problema mayor en los países en vías de desarrollo y acotó que con estas dietas altas en azúcares, sodio y grasas los niños empiezan a subir de peso desde el primer año de vida.

Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, sostuvo que el etiquetado frontal de advertencia es la opción más entendible y uno de los más efectivos para combatir la epidemia de la obesidad y sobrepeso.

Girardi indicó que ya diversos países están interesados y algunos ya trabajan en el establecimiento de este etiquetado, entre ellos Canadá, Guatemala, Brasil, Colombia y Argentina, “y tenemos el desafío de hacerlo acá“. En Perú ya se implementó y se espera que en Uruguay se concrete pronto.

Subrayó que tras la entrada en vigor de la ley el 68 por ciento ha cambiado hábitos.

Reconoció que una ley de etiquetado no es suficiente para luchar contra la mala alimentación.

Trabajamos en poner impuestos a los alimentos con sellos, además hay que legislar para que haya una hora al día de ejercicio en las escuelas.

Así como para que los menús que se ofrezcan en las escuelas públicas estén preparados con base en frutas y verduras y de preferencia que se hagan con alimentos locales.