Sacerdotes católicos exhortaron a los gobiernos federal, estatales y municipales a impulsar políticas incluyentes que garanticen la protección de los derechos humanos y la migración ordenada de miles de indocumentados. La demanda de los clérigos fue en respuesta, dijeron, a que en 130 albergues del país se viven condiciones de terror y violencia propiciadas por la xenofobia, la delincuencia y en ocasiones por el muro integrado por la Guardia Nacional (GN).

Este miércoles, en el segundo Encuentro Nacional de Directores de Casas de Migrantes, en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano en Cuautitlán Izcalli, estado de México, integrantes de la dimensión episcopal de Movilidad Humana plantearon que no podemos dejar a los migrantes a la deriva, y llamaron a erradicar la cultura de indiferencia ante el problema migratorio que se agudiza en las fronteras mexicanas. Tenemos que dimensionar la multitud de flujos atípicos, porque no se trata de tres u ocho caravanas, sino que es un éxodo multitudinario, expuso Pedro Pantoja Arreola, de la casa del migrante Belén de Saltillo, Coahuila.

César Cañaveral Pérez, de la zona norte de la dimensión episcopal de Movilidad Humana, lamentó que como parte de la política de Andrés Manuel López Obrador se haya creado un muro humano de la GN en el sur del país.

En tanto, casi 50 efectivos de la GN, así como de la policía municipal y vial de la capital de Chihuahua, de la Comisión Estatal de Seguridad y oficiales del INM aplicaron un operativo en cuatro hoteles de paso de la zona centro de esa ciudad, que concluyó con las aprehensiones de tres centroamericanos, uno de ellos discapacitado, que se dedicaba a vender dulces para obtener ingresos.