A iniciativa de Iván Restrepo, se recordará el centenario de El Bárbaro del Ritmo
Miércoles 28 de agosto de 2019, p. 8
Con motivo del centenario natal del sonero cubano Benny Moré (1919-1963), quien consolidó su carrera como cantante en México durante una estancia de cinco años (de 1945 a 1950), se colocará una placa en su honor en la Fonoteca Nacional de México, en fecha que se dará a conocer próximamente, anunció el periodista Iván Restrepo.
El también ambientalista y promotor de la placa en honor del hijo predilecto de Santa Isabel de las Lajas, nacido el 24 de agosto hace un siglo, impartió una conferencia magistral en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), que contó con la cantante María Victoria como invitada de honor, y la periodista Elena Poniatowska.
Restrepo dedicó buena parte de su plática a la estancia de la Voz de Oro de Cuba –como se le decía aquí– en México, donde se puso el nombre de Benny, grabó discos con cantantes y orquestas de renombre, filmó películas y se dio a conocer internacionalmente.
Restrepo aportó datos poco conocidos o desconocidos, como los referentes a la relación de Moré con Dámaso Pérez Prado, con quien se encontró en 1949 en los estudios de RCA Víctor. El resultado fueron 32 números grabados, dos de los cuales todavía no se han podido localizar
. Restrepo presentó uno “recién descubierto, el primero que hicieron juntos: Cámbialo por dólar”. Para mostrar cómo mejoraron orquesta y cantante
, en seguida se dejó sonar Babarabatiri.
El especialista, quien fue amigo de Pérez Prado, señaló que a juicio del compositor y pianista, Dolor carabalí fue lo mejor que grabó con Benny. Restrepo, que también conoció personalmente a Moré, preguntó a éste por qué nunca la volvió a cantar: Me respondió que por las notas agudas muy difíciles y por recordarle las condiciones de esclavitud a las que fueron sometidos los pueblos de África, origen de sus antepasados
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La relación con Pérez Prado no terminó bien: “Cuando Benny vivía en México, Prado hizo una gira a Cuba y llevó como cantante a Aurelio Estrada, que se hizo pasar por Moré. Yeyo buscó siempre imitarlo. A finales de 1950, Benny regresó a su tierra y se encontró con que sus paisanos decían que era un impostor. Pero cuando comenzó a cantar, exclamaron: ‘¡Éste sí es el de verdad!’ Era muy conocido gracias a las grabaciones mexicanas”.
En los últimos años de su vida se decía que Moré era muy informal, pero a veces era el último en enterarse que debía actuar en algún lugar. “En 1960 comprobé que sí llegaba tarde a sus presentaciones y en ocasiones ni eso. Dio como justificación el agotamiento: ‘Compongo letra y música, la grabo con mi banda, actuamos en las emisoras. Después, en la tarde, en un baile; en la noche, en un cabaret. Además, me gusta disfrutar de un buen ron rodeado de los amigos; después me voy a dormir lo que puedo’”.
Restrepo agregó: Lo conocí en 1959 y me trató muy generosamente al saber que mi ángel protector era Mariano Rivera Conde (gran impulsor de música latinoamericana). Benny no quiso abandonar Cuba después de la revolución, aunque le ofrecieron millones por giras y grabaciones en el exterior. Decía que no tenía nada que hacer en los aviones
.