Pekín. Irán y China necesitan unir fuerzas para luchar contra la unilateralidad y el desacato a la ley internacional, aseguró ayer el canciller iraní, Mohamed Javad Zarif, a su homólogo chino, Wang Yi, durante un encuentro en esta capital, que siguió a la sorpresiva visita que hizo a la cumbre del G-7 en Francia.

Zarif no mencionó a Estados Unidos directamente en su discurso inicial con Wang, pero parecía hacer referencia al gobierno del presidente Donald Trump.

China ha sido un aliado económico cercano de Irán y es uno de los firmantes del acuerdo nuclear de 2015, que se ha venido abajo a partir de que Trump retiró a Estados Unidos e impuso de nuevo sanciones a la república islámica.

La unilateralidad aumenta. El rechazo a la ley internacional, no sólo la falta de respeto, sino el desacato a ésta aumenta y necesitamos trabajar juntos, subrayó Zarif, quien el domingo estuvo unas cinco horas en la ciudad costera de Biarritz, donde se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macron, y diplomáticos alemanes y británicos.

Wang señaló durante su discurso inicial que “la unilateralidad aumenta y el poder político también.

De frente a esta situación, China es un país responsable que está de acuerdo en coordinarse con Irán y otros países para trabajar en la multilateralidad, las reglas básicas de la política internacional y para defender los intereses correctos de cada país, expresó Wang.

La visita de Zarif a Pekín se realizó en un momento en que aumentan las tensiones entre China y Estados Unidos por su creciente disputa comercial y la agitación en Hong Kong, de la cual la nación asiática acusa a Washington de animar o incluso dirigir.

En Teherán, el presidente iraní, Hassan Rouhani, defendió la opción del diálogo para resolver la crisis en torno al programa nuclear de su país, en respuesta a las críticas del ala dura del régimen tras la visita sorpresa a Francia de Zarif.

Por otra parte, el gobierno iraní anunció que ya vendió el petróleo que cargaba el buque que fue retenido durante mes y medio en Gibraltar y liberado hace una semana por las autoridades británicas, pese a las protestas de Estados Unidos. No precisó quién fue el comprador.

El jefe de personal del ejército de Irán, Habibollá Sayyari, informó del envío de un buque destructor del tipo Sahand al Golfo de Adén para proporcionar seguridad a los barcos iraníes en alta mar, refirió la agencia oficial Irna.