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Mujeres de la mitología griega, atenazadas por sus fuegos
 
Periódico La Jornada
Martes 27 de agosto de 2019, p. 6

Las decisiones que cuatro mujeres de la mitología griega toman sobre su sexualidad y su acontecer articulan la puesta en escena Fuegos, escrita y dirigida por Gilberto Guerrero, que lunes y viernes se presenta en el Centro Cultural El Hormiguero.

Esas escenas unipersonales conforman el montaje dividido en las actuaciones sucesivas de Ana María Aparicio (Ariadna) y Darinka Olmedo (Fedra) los lunes, así como de Marcela Feregrino (Medea) junto con María Balam (Andrómaca) los viernes. ¿Qué sienten esas mujeres enclavadas en el mito? Están al lado de los héroes, divinizados por sus labores titánicas, pero ¿qué hay de las furias, miedos, rencores y lujuria? Aquí se apropian de su existencia y la cuentan sin recatos.

Sensualidad y razón

Mediante una narración escénica que conjunta sensualidad y razón, lenguaje hablado y físico van deshebrando cómo las protagonistas llegan a sus realidades, las anécdotas que las hicieron pasar a la posteridad; una interpretación de las decisiones que originaron su actuar, cercadas por las figuras de los héroes que contrastaban y sobre quienes también desembrollan su permanencia en la posteridad.

Ariadna inicia el montaje en el suelo de un escenario delimitado por telas que van hacia el público. ‘‘El mar me arrulló, el mar me ha despertado”, dice para lamentarse: ‘‘Tú ya no estabas”. Allí inicia el relato de los hechos que la condujeron a la isla donde fue abandonada.

El heroísmo de Teseo se oscurece, aunque la protagonista recuerda que lo siguió, el punto nodal es su mirada de la trágica historia de amor y deseo; marcada por la realidad en la Creta del mito donde hombres, dioses y criaturas coexisten. Ariadna despoja la épica a la anécdota para plantarla en tierra, entre los sentimientos reales que unen o separan, que se trasforman. La relación con Pasifae, su madre, Asterio el minotauro, su medio hermano, Teseo.

Así narra los fuegos que la atenazan y expone su realidad como la bifurcación entre destino y voluntad. El laberinto existe como ese espacio en la oscuridad en que habitan los futuros posibles y se separa a partir de las decisiones, incluso la de matar al minotauro.

La actuación de Ana María Aparicio refiere desde el inicio de la construcción, ‘‘maldito el día”, del laberinto que se convierte en un prisión para la familia real completa y parece ser que para el reino de Minos. ‘‘El vacío en los ojos de Pasifae, el silencio de mi padre, el miedo de las esclavas”.

La siguiente escena es la Fedra de Darinka Olmedo. También enamorada de Teseo, pero abandonada en la ciudad de Atenas, a diferenciade la isla de Ariadna, y luego enamorada de Hipólito, hijo de su esposo. De frente al público, relata los acicates del deseo que siente por su hijastro.

La temporada de la obra Fuegos concluirá el 30 de agosto en el Centro Cultural El Hormiguero (Gabriel Mancera 1539, colonia Del Valle Sur). La función de Ariadna/Fedra fue ayer y este viernes será la última de Medea/Andrómaca.