Con inéditas formas políticas y a partir de la inexistencia de una regulación legal al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador hablará sobre el contenido de su primer informe de Gobierno aun antes de que el Congreso lo tenga en sus manos. Ninguno de sus antecesores hizo algo similar.

Sólo el ex presidente Enrique Peña Nieto llegó a contemplar en 2013 la posibilidad de modificar formato, fecha y hora para dirigirse al país, motivado por la agenda internacional a cubrir en esos días de viajar a San Petersburgo para una Cumbre del G20.

De hecho, llegó a informarse –aunque no oficialmente– que la Presidencia había dispuesto todo para una ceremonia a las 11 de la mañana en el Campo Marte del 10 de septiembre.

“Se los haré saber una vez que se tenga decisión sobre esto (…) lo que sí puedo adelantar es que seguramente, a partir de haber pospuesto la gira de trabajo que tenía planeada a Turquía, esto llevará hacia un replanteamiento en cuanto al formato, la fecha y la hora en que esté rindiendo mi mensaje”, indicó el 28 de agosto al regresar de una gira.

Finalmente, la ceremonia se realizó en la explanada Francisco I. Madero de Los Pinos, la mañana del 2 de septiembre.

Tras la reforma legal en 2007, cuando los legisladores desaparecieron la obligación del jefe del Ejecutivo de presentarse y hablar ante el Congreso de la Unión sobre el estado que guarda la nación –publicada en agosto de 2008– sólo en ese año el presidente Felipe Calderón Hinojosa dejó pasar la fecha sin realizar actos paralelos a la sesión legislativa.

De acuerdo con registros de esa fecha, el segundo mandatario surgido de las filas del PAN pasó el primero de septiembre de 2008 en reuniones con los integrantes de su gabinete, y dio seguimiento a la entrega del documento que llevó al Congreso el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.

A partir de 2009 Calderón y Peña Nieto revivieron el antaño conocido como Día del Presidente, el propio primero de septiembre o al día siguiente, utilizaron diferentes escenarios y formatos asequibles, con invitados elegidos por Los Pinos y con ellos como únicos oradores. Pero nunca dirigieron ese mensaje antes de que diputados y senadores recibieran en San Lázaro el texto del informe.