Número 229
Jueves 6 de Agosto del 2015
Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER
Directora general
CARMEN LIRA SAADE
Director:
Alejandro Brito Lemus
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La fiesta de despedida
Dirección y guión: Tal Granit y Sharon Maymon.
País: Israel
2014
Una muerte muy dulce
¿Cómo organizarías tu muerte en caso de que padecieras una dolorosa enfermedad irreversible y la sociedad te negara el derecho a un final digno? El tema de la eutanasia sigue siendo un enorme tabú cultural y religioso, y son pocos los países que ofrecen a sus ciudadanos la posibilidad de evitar el encarnizamiento médico y las innecesarias torturas de una lenta agonía. En contadas ocasiones el cine ha logrado romper ese tabú y denunciar, en tono a menudo dramático, el saldo de dolor inútil que las enfermedades terminales provocan en los pacientes y sus seres más cercanos.
Sorprendentemente, la comedia ha demostrado ser últimamente la manera más directa y eficaz de abordar un tema tan delicado, sacudiendo de paso no pocas inercias y prejuicios colectivos. En La fiesta de despedida, película israelí de Tal Granit y Sharon Maymon, un grupo de ancianos en un asilo imaginan una estrategia para abreviar los días de los amigos desahuciados. Se trata de oponer a la insensibilidad moral de quienes prolongan sin sentido la agonía ajena, toda la generosidad y comprensión de quienes valerosamente deciden rechazar la crueldad del dogma.
El protagonista más aguerrido del grupo de ancianos inventa un mecanismo de eutanasia que el paciente terminal puede accionar por sí mismo, librando así a sus amigos cómplices de toda responsabilidad penal en el asunto. El perfeccionamiento del dispositivo letal y su aplicación accidentada desatan situaciones hilarantes teñidas de humor negro. Hay desde improbables conversaciones telefónicas con Dios hasta una pareja de gays maduros saliendo tardía y nerviosamente del clóset. Las escenas más duras, relacionadas con la pérdida gradual de la memoria o la indescriptible soledad del enfermo terminal, son tratadas con una delicadeza sorprendente. Sobre todo con el humor y la inteligencia de la que siempre parecen carecer quienes se oponen, férrea y religiosamente, a la noción de una muerte suave y digna.
Carlos Bonfil
Práctica y ética de la eutanasia
Asunción Álvarez del Río
Fondo de Cultura Económica
2005
Benevolencia en la muerte
Ovidio González iba a morir el 26 de junio. No sólo lo sabía, lo deseaba. Pero no fue así. Iba a convertirse (después lo hizo) en la primera persona en Colombia en acogerse a la ley que legaliza la eutanasia en ese país, pero el procedimiento fue suspendido. El argumento médico fue que, aunque padece un cáncer facial muy raro e incurable, a sus 79 años era un paciente “bastante funcional” cuya muerte no era inminente al momento en que solicitó la asistencia. Ovidio, por su parte, sostenía que vivía con dolores constantes e insoportables, además de considerar que vivir así era indigno, por lo que deseaba poner fin a sus días.
Esta historia tuvo un final. Feliz para Ovidio, pero quizá triste para todos aquellos que se oponen a la eutanasia debido a los múltiples elementos éticos, pero también sociales y hasta religiosos, que la rodean. En un momento de reflexión donde estados como California, en Estados Unidos, han legislado a favor de la muerte asistida, recobra vigencia (en realidad, nunca la ha perdido) el libro Práctica y ética de la eutanasia, de la doctora en ciencias Asunción Álvarez del Río.
A una década de su publicación, el texto es un interesante y honesto acercamiento al tema de la muerte con intervención (¿ayuda?) médica. Y es que, como todos los temas verdaderamente polémicos, éste no puede simplificarse en “dos bandos”. Está atravesado por numerosos factores que parten, esencialmente, de la individualidad.
Cuando puede decidirse, morir o vivir es una cuestión de dignidad. Para una persona puede ser indigno vivir dependiendo del cuidado de alguien más, mientras que para otra esta es una situación perfectamente tolerable. ¿Cuánto dolor puede soportar cada quién? Eso es algo que quizás no se sabe hasta que lo se experimenta.
Partiendo desde el concepto y las diversas acepciones de la eutanasia, la académica e integrante del Colegio de Bioética lleva al lector por un viaje entre las implicaciones bioéticas, jurídicas, religiosas y médicas de un procedimiento que, bien regulado, podría ampliar efectivamente las libertades de las que hoy gozan las personas de diversas sociedades.
Rocío Sánchez
S U B I R |
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