Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Ahumada
Jesusa Rodríguez
Tamayo y la
evolución del color
Arturo Rodríguez
El derecho a hablar
se lo gana uno
Eduardo Medina entrevista
con Fernando Vallejo
Revolución tecnológica
y literatura
Xabier F. Coronado
Avérchenko,
el intemporal
Ricardo Guzmán Wolffer
Leer
Columnas:
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar
Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal
|
|
Alonso Arreola
Twitter: @LabAlonso
De muertos olvidados
De Lou Reed a Johnny Laboriel, pasando por Ray Manzarek, George Duke y Bebo Valdés, fueron muchas las voces, las manos que encontraron silencio final en 2013. Sobre algunas de estas desapariciones ya hablamos. Sin embargo, ahora, escarbando un poco, hallamos otros decesos sensibles que, a distancia de los reflectores, dejaron ecos inolvidables. Observando, escuchando su trabajo, nos percatamos de que muchos de los más conocidos compositores, productores, instrumentistas y cantantes de nuestro tiempo están lejos del nivel que otros consiguieron en su momento. Aquí algunos nombres para que nuestra lectora, nuestro lector dominical, “mire” al pasado con otros tímpanos.
Antes que nada podemos decir que 2013 fue un año especialmente malo para el sonido Motown de Detroit. Sólo de los Temptations murieron dos miembros: Otis Damon Harris y el prominente Richard Street. A ellos se deben piezas como “Papa Was a Rollin’ Stone” y “Masterpiece”. Del mismo movimiento falleció Bobbie Smith, cantante de The Spinners, quienes en los sesenta cantaban “That’s What Girls Are Made For” y “Then Came You”. Conocida por crear y desarrollar la imagen de los artistas de la disquera Motown Records, murió también Maxine Powell, a los noventa y ocho años de edad. Así, no sólo la antigua ciudad motor va desapareciendo. También su voz.
En terrenos cercanos pero más hacia el funk, desapareció Cleotha Staples de los Staples Singers. Aunque el cuarteto abarcó distintos géneros, “Respect Yourself” es, probablemente, su pieza más conocida y reinterpretada. Hermano de tribu, murió también Cordell Boogie Mosson, bajista portentoso de Parliament-Funkadelic, uno de los proyectos más emblemáticos de los setenta. Él fue colega cercano de Bootsy Collins y Rocco Prestia. Hay que escucharlo para sonreír y bailar.
Claro, en el rock también ocurrieron decesos relevantes que pasaron desapercibidos para la mayoría de los melómanos. Allí está el de Kevin Ayers, de Soft Machine, proyecto señero del movimiento psicodélico. Igualmente, el de Bobby Rogers, muerto a los setenta y tres años, miembro del Salón de la Fama con The Miracles. Otro más fue el de Peter Banks, guitarrista original del grupo de progresivo británico Yes, quien al paso de los años fue cayendo en un extraño olvido. Luego de un accidente automovilístico en 2008 y tras una terrible convalecencia, finalmente descansó Chi Cheng, bajista de los Deftones.
Por causas distintas ocurrió el deceso de Jeff Hanneman de Slayer, uno de los mayores iconos de la guitarra metalera, y de Alan Myers, baterista de Devo durante el new wave (a él debemos el irónico y contundente ritmo de “Whip It”). Mucho menos afortunados fueron Soroush y Arash Farazmand, miembros de la banda iraní Yellow Dogs que desde hace tres años ascendía en la escena underground de Brooklyn, en Nueva York. Ellos escaparon de la opresión de su patria invitados a Estados Unidos gracias a un documental transmitido por CNN, pero fueron asesinados en noviembre por un miembro de Free Keys, otro proyecto del mismo país. Empero, una de las muertes de mayor peso en el rock fue la de Alvin Lee, conocido por su participación con Ten Years After y símbolo de Woodstock.
El blues también perdió algunos talentos, como Jimmy Fast Fingers Dawkins, originario de Chicago. Del jazz destacamos la partida de Jim Hall, uno de los guitarristas más influyentes y maestro de ejecutantes notables como Pat Metheny y Bill Frisell. Asimismo sobrevino el adiós de Yusef Lateef, parteaguas en la fusión entre el jazz y la música de oriente; y de Donald Byrd, trompetista que tocara con Herbie Hancock, John Coltrane y Sonny Rollins.
Representando a los muchos e invisibles músicos de estudio que desaparecieron en 2013 está Ricky Lawson, otrora baterista de Michael Jackson, Eric Clapton, Phil Collins y Whitney Houston. También J. J. Cale, compositor de “Cocaine”, hit de Eric Clapton. Genios de las consolas, se despidieron Phil Ramone y Andy Johns. El primero produjo a Paul Simon, Bob Dylan, Frank Sinatra y Ray Charles. El segundo a Led Zeppelin (IV) y los Rolling Stones (Exile on Main Street). Figura de los cincuenta, murió la cantante Patti Page; del bolero y el filin cubano, Fellove; de la música de protesta, Richie Havens (sí, el de “Freedom” en Woodstock)… y así podríamos continuar por largo rato enumerando a los “olvidados”. Por hoy, finalmente, queden estos pocos nombres como un recordatorio de que los reflectores no siempre alumbran con tino ni en la vida ni en la muerte; de que debemos llevar linterna de mano, siempre. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.
|