Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Editores y ediciones de la obra de María del Mar
Evangelina Villarreal
Guillermo Tovar de
Teresa, breve estudio
biobibliográfico
Rafael Barajas el Fisgón
Guillermo Tovar
de Teresa
Verónica Volkow
El aro de Urano:
Luis Cernuda
Enrique Héctor González
A 50 años de su muerte
Rodolfo Alonso
Luis Cernuda, la muerte
y el olvido
Ricardo Bada
Un retrato de
Miguel Nazar Haro
Marco Antonio Campos
Leer
Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Poesía
Antonio Soria
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
Galería
Juan Manuel Roca
Cinexcusas
Luis Tovar
Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal |
|

A 50 años de su muerte
Rodolfo Alonso
En la tómbola incierta de las conmemoraciones, parece haberle tocado ahora
–inesperadamente– al más secreto y hondo de los poetas andaluces. Siempre discreto y reservado, siempre fino y distante, Luis Cernuda (1902-1963) supo combatir por la República y pagar con su exilio interminable en el México fiel, donde encontró la tumba, un 5 de noviembre de hace medio siglo. Estruendosamente silenciado entre sus compatriotas, nunca dejó de responder con altivo desdén y sutil ironía al ninguneo absoluto con el que fue afligido.
Quizá por eso, dedicó uno de sus poemas memorables (“con unas violetas”) al más ácido y mordaz crítico de la sociedad española, el agudo cronista Mariano José de Larra. Ese mismo texto que comienza, tan bellamente, con una de las líneas indelebles del poeta Cernuda: “Leves, mojadas, melodiosas...” |
|