El gran engaño
Vacunas, negocio y daño
OMS, políticos y laboratorios
Conspiración
confirmada
Norma para agentes aduanales
Dramática situación en Haití
El salario mínimo en la isla, similar al de México
Creció 2% en 2009
Lo que realmente busca la Iglesia
En su seno ya se ven santos legisladores
EI último suspiro del Conquistador / XIX
uerto Príncipe, la capital de Haití, fue destruida en gran parte antenoche por un terremoto de siete grados en la escala de Richter. El objetivo inimaginable
empleado por el presidente de ese país caribeño, René Préval, para calificar la catástrofe en curso, no parece exagerado: las primeras estimaciones indican que los muertos se cuentan por decenas de miles y que la cifra de damnificados puede ascender, según el Comité Internacional de la Cruz Roja, a millones de personas. Tales magnitudes resultan verosímiles, pues si el movimiento telúrico derribó edificaciones sólidas de la capital haitiana –como el palacio presidencial, la sede de la misión de la ONU, hospitales y escuelas–, es probable que haya arrasado, también, las viviendas más que precarias en las que se aglomeraba la gran mayoría de la población, en los cerros que rodean el centro de Puerto Príncipe.
En recuerdo de Daniel Bensaïd
e ha sacudido saber que Daniel Bensaïd ha muerto. En estos fríos días es motivo de gran tristeza la pérdida de un amigo y camarada tan querido. Pero para hacer frente a ese dolor no puedo evitar recordarlo vivo, animoso, alegre y solidario y compartir su memoria con amigos y compañeros.
l pasado lunes 11 de enero nos reunimos los miembros de la ex Comisión de Mediación (Comed) entre el gobierno federal y el PDPR-EPR. Estuvimos analizando la solicitud de reconstituir la instancia planteada por los familiares de los desaparecidos Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, y por el propio EPR, según su comunicado del 16 de diciembre de 2009. También consideramos, por supuesto, el comunicado que el día 6 de enero de este año emitió la Secretaría de Gobernación afirmando su disposición a reanudar el diálogo con la Comed como un medio válido para contribuir al esclarecimiento del caso de los dos desaparecidos, privilegiando la vía de las instituciones y el apego al estado de derecho.
a batalla en torno a la recién aprobada ley que legaliza el matrimonio y la adopción entre y por parejas del mismo sexo, nos ha dejado ver, una vez más, la dependencia ideológica de Acción Nacional respecto de la Iglesia católica, pero también el oportunismo de sus figuras nacionales, incluyendo al jefe del partido, al secretario de Gobernación y al mismo Presidente. Ante la imposibilidad de conseguir el apoyo de la tercera parte de los diputados capitalinos que hacen falta para promover una acción de inconstitucionalidad y a la espera de que sea la Procuraduría General de la República quien elabore la argumentación estrictamente jurídica y política
(César Nava), el cardenal Norberto Rivera se ha trazado la misión de castigar electoralmente a los promotores de la ley, sin el menor respeto por los fundamentos del Estado laico, contenidos en la Constitución y en la propia Ley de Asociaciones Religiosas. El discurso del cardenal ha venido subiendo de tono hasta el punto de decir, por boca del vocero de la arquidiócesis, que “nosotros –es decir, los clérigos– tampoco podemos obedecer primero a los hombres y sus leyes antes que a Dios; toda ley humana que se le contraponga será inmoral y perversa, pues al ir contra su voluntad termina por llevar a la sociedad a la degradación moral y a su ruina” (La Jornada, 11/01/10), palabras que desencadenaron un racimo de condenas instántaneas, incluido el deslinde del senador Madero y de Arturo Farela, presidente de la Confraternidad de Iglesias Evangélicas.
hora que la llamada prensa financiera internacional, en las dos orillas del Atlántico, ha puesto de moda hablar de la crisis financiera en tiempo pasado y abunda en artículos festivos sobre la excelente recuperación de los mercados de valores y de las utilidades de los bancos, que al ser demasiado grandes para quebrar
fueron rescatados con dinero público, aparece un sorprendente addendum, a cargo de Islandia, país al que solía considerarse demasiado pequeño y aislado como para suscitar preocupaciones sistémicas. La lección que este episodio encierra puede ser reveladora de cambios y transformaciones de mucho mayor hondura derivados de la crisis. Transformaciones que el pensamiento convencional preferiría que no se produjesen y que, de hecho, empezaba a dar por sentado que no se producirían, tras los exitosos
rescates realizados en 2009, cuyo costo real aún no se ha cuantificado. Así, la inesperada reacción de Islandia ha puesto de relieve que, con la crisis, entran en juego actores que solían quedar al margen de los acuerdos o entendimientos que rigen las relaciones financieras internacionales. Uno de esos actores, cuya opinión no se había considerado necesario consultar, es el electorado islandés. Conviene, al considerar la evolución de la crisis financiera internacional del último año y medio, revisar ciertos pormenores de la posdata aportada por Islandia.
i les das el pie agarran la mano. Esto es lo que han hecho las iglesias que han dicho que sólo obedecen a Dios. El documento leído en nombre de Norberto Rivera es realmente una pieza de antología (mal redactada) que parece rescatada de la Edad Media. Dice así en una de sus partes: Nosotros, pastores del pueblo de Dios, tampoco podemos obedecer primero a los hombres y sus leyes antes que a Dios; toda ley humana que se le contraponga será inmoral y perversa, pues al ir contra su voluntad termina por llevar a la sociedad a la degradación moral y a su ruina
(La Jornada, 11/01/10)
stados Unidos y las oligarquías locales se han embarcado en un proyecto de restauración derechista en América Latina con el uso de variados recursos, legales e ilegales, mediáticos, de inteligencia y guerra sicológica, militares y económicos, entre otros. Aunque iniciado en tiempos de Bush es en el primer año de la presidencia de Obama que ha tomado una gran dimensión al socaire de sus vacilaciones, concesiones y retrocesos frente a la feroz embestida de la extrema derecha estadunidense. No habían pasado seis meses de su investidura y cinco de su promesa en la cumbre de Puerto España de cambiar la política hacia sus vecinos del sur y se tragaba el golpe de Estado contra Manuel Zelaya del que en un principio llegó a decir que era el único presidente de Honduras que reconocía. Al esquema restaurador no escapa gobierno o fuerza popular cuyas políticas choquen, en mayor o menor grado, con las de Washington o los intereses de las oligarquías.
a inclusión de Cuba en la lista de países que el Departamento de Estado califica de patrocinadores del terrorismo internacional
, a la que congresistas de derecha quieren agregar Venezuela, además de arbitraria e injusta, como afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla, es otro indicio de que con Obama persiste y se amplía lo que C. Wright Mills llamó la inmoralidad mayor
. Es decir, el ascenso de la cúpula castrense que, en medio de la crisis que abate la economía imperial, hace de la guerra y el narcotráfico el mejor de los negocios, convirtiéndose en un estrato capitalista que engrana intereses del alto capital con la política del sector militar, a la vez que acentúa el papel castrense en las decisiones de política exterior y de seguridad nacional.
n este 2010 en que coinciden bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución, el teatro estará expuesto a una serie de celebraciones incoloras, un poco como estampitas de clase de primaria, en el peor de los casos. En el mejor, y esto es un tanto utópico, podría recuperar su vocación de espacio de discusión y de somera muestra de lo que somos y queremos, aunque ésta es una estrella de muchas puntas, algunas de las cuales pueden clavarse –ya ha ocurrido– en una supuesta revisión crítica del pasado desde el punto de vista de la derecha. Excepto los muy cínicos o muy hedonistas, todos o casi requerimos de modelos éticos y sociales: Juárez, como icono de laicismo y más ahora ante la brutal embestida de jerarcas religiosos; Zapata y también Cárdenas como modelos de un agrarismo que se ha perdido, como tantos signos de nuestra identidad, pisoteados por el neoliberalismo, aunque no se deponga una sana y desinteresada discusión crítica. Muchos nos preguntamos qué tan ajenos a esta discusión pueden permanecer nuestros escenarios.
or fin llegamos a 2010: se agolpan en mi mente recuerdos de viejos tiempos, cuando preparaba en París mi tesis de doctorado y estudiaba en la Biblioteca Nacional, hoy museo, el impacto que la Independencia de México provocó en Francia en algunos escritores, en verdad bastante mediocres y sin embargo, interesantes.