Suva. Diez islas del Pacífico Sur rechazaron ayer una propuesta de China para un gran acuerdo de seguridad, en un contexto de preocupación de que ese pacto coloque a la región bajo la órbita de Pekín.

Las negociaciones en Suva, capital de Fiyi, entre el canciller chino, Wang Yi, y líderes de las naciones insulares tenían como objetivo aumentar de manera significativa la participación de Pekín en la seguridad, la economía y la política del Pacífico Sur.

“Como siempre, hemos dado prioridad al consenso”, declaró tras la reunión el coanfitrión del encuentro y premier de Fiyi, Frank Bainimarama, al indicar que sería necesario un amplio entendimiento entre los estados insulares antes de firmar cualquier “nuevo acuerdo regional”.

Pekín disputa con Washington y sus aliados la influencia en el Pacífico, de importancia estratégica.

Antes de la visita de Wang, China propuso un pacto en el que se comprometía a formar a la policía de las islas del Pacífico, implicarse en la ciberseguridad, ampliar los lazos políticos y cartografiar zonas marítimas sensibles, a cambio de un mayor acceso a los recursos naturales terrestres y acuáticos.

Pekín ofreció, además, millones de dólares en ayuda financiera, la perspectiva de un acuerdo de libre comercio entre China y las islas del Pacífico y el acceso al vasto mercado chino de mil 400 millones de personas.

Papúa Nueva Guinea, Samoa y los Estados Federados de Micronesia son algunos de los países más preocupados por las propuestas chinas, junto a Palau, que reconoce a Taiwán y no fue invitado.

Los funcionarios chinos, que trabajan de manera frenética para obtener el apoyo de estas naciones del Pacífico en esta ofensiva diplomática relámpago, admitieron que no se llegó a un acuerdo.

“Ha habido apoyo general de 10 países. Pero por supuesto hay algunas preocupaciones en algunas cuestiones específicas y acordamos que estos dos documentos serán discutidos más adelante”, declaró el embajador chino en Fiyi, Qian Bo, a la prensa en Suva.

El ministro chino del Exterior sólo anunció que 10 países del Pacífico acordaron memorandos de entendimiento sobre la Nueva Ruta de la Seda, iniciativa china de infraestructuras.

El presidente chino, Xi Jinping, envió antes de la cumbre un mensaje en el cual afirmó que su país sería un “hermano amable” para la región y que juntos compartían un “destino común”.

Las potencias occidentales son hostiles a la influencia china en la región y el Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió a los países del Pacífico Sur que desconfíen de los “acuerdos oscuros, vagos y poco transparentes”.

Australia se unió a Estados Unidos para llamar a China a frenar de inmediato su intento de ampliar su influencia en el área de la seguridad en la región.