Yamena. Enfrentamientos entre buscadores de oro en el norte de Chad dejaron la semana pasada unos 100 muertos y al menos 40 heridos, en una región desértica y de difícil control en la frontera con Libia.
Estas muertes, que tuvieron lugar el 23 de mayo cerca de la frontera libia, empezaron por “una pelea entre dos personas que se fue de las manos”, aseguró por teléfono el general Daoud Yaya Brahim, ministro de Defensa, presente en el lugar de los hechos.
Los enfrentamientos que se desencadenaron después entre buscadores de oro dejaron “unos cien muertos y al menos 40 heridos", agregó.
La zona donde se dio el incidente, situada en el vasto y aislado macizo montañoso y desértico del Tibesti, está llena de minas explotadas (a menudo de forma clandestina) por mineros procedentes de todo el país, y de Estados vecinos como Libia, Níger y Sudán.
Tanto el clima como el terreno dificultan a las autoridades el control de la zona.
Según Daoud Yaya Brahim, los enfrentamientos fueron entre personas de Mauritania y Libia.
“Todo partió de una pelea entre dos individuos de diferentes comunidades. El gobierno envió tropas para interponerse y dispararon contra la gente. Según nuestras informaciones, hay al menos 200 muertos”, aseguró a la agencia Afp el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Mahamat Nour Ibedou. El ministerio de Defensa rehazó que hubiera 200 decesos.
“No es la primera vez que hay enfrentamientos entre buscadores de oro en la región y decidimos suspender hasta nuevo aviso cualquier explotación de este metal precioso en Kouri, a sabiendas de que la gran mayoría son ilegales”, declaró Brahim.
La región de Tibesti ha sido la cuna de varias revueltas importantes desde la independencia del país en 1960. Desde que en 2012 se descubrieron yacimientos de oro, esta parte del país atrae a comerciantes, militares y miembros de la oposición armada tanto de Chad como de Sudán.
“Es una zona hostil, casi sin ley, es el salvaje oeste. La gente va porque hay oro, y eso crea conflicto”, declaró el ministro de Comunicación, Abderaman Koulamallah.