Parras, Coah., Integrantes del ejido San Lorenzo acusaron a la empresa vitivinícola Casa Madero de bloquear el curso del agua de riego que les corresponde, según un decreto presidencial, lo que ha comenzado a causar estragos en la producción de nuez, en perjuicio de unas 70 familias de agricultores, por lo que pidieron la intervención de las autoridades estatales y federales.
Por su parte, la empresa, cuyos viñedos y almacenes están en la ex hacienda San Lorenzo, de más de 400 años de antigüedad, denunció que la tarde del 25 de mayo un grupo de labriegos intentó ingresar “con lujo de violencia y armado” a sus instalaciones y se “apoderaron de la infraestructura de riego” a fin de abrir el cauce que lleva el líquido hasta sus tierras.
En un comunicado, Casa Madero, una de las compañías vinícolas más grandes de México y la más antigua del continente, aseguró que tiene un acuerdo con la Asociación de Tajos de Aguas de Parras para encontrar soluciones a la escasez de agua de uso agrícola y garantizar que los involucrados reciban el recurso según al volumen existente.
Los ejidatarios indicaron que la irrupción del miércoles en las instalaciones de Casa Madero fue para destrabar una compuerta que impedía el curso del agua hacia sus terrenos, pero negaron que fueran armados y aseguraron que sólo llevaban herramientas para el desazolve de la acequia.
“No somos delincuentes, somos campesinos que trabajan y se ganan el sustento con el sudor de su frente. Somos gente honrada, con escasa educación; no contamos con medios suficientes para pagar guardias y mucho menos para comprar armas”, respondió Jesús Herrera, representante del ejido.
En 1973 se inició un juicio entre Casa Madero y los ejidatarios por el compartidero (lugar donde se divide en dos o más partes el cauce de una acequia), que se encuentra dentro de los predios de la vinícola.
Según Josué Hernández, representante legal del ejido San Lorenzo, los labriegos cuentan con un decreto presidencial de 1993 que les dota 50 litros de agua por segundo para uso agrícola y debe salir del compartidero La Parrita, dos metros dentro de la propiedad de la empresa.
Los agricultores aseguraron que históricamente han atravesado las tierras donde hoy se encuentra la vinícola y usan el camino por derecho estipulado en el Código Civil, que clasifica estas tierras como caminos de servidumbre de paso.
El artículo 1097 del Código Civil federal estipula: “El propietario de una finca o heredad enclavada entre otras ajenas sin salida a la vía pública tiene derecho de exigir paso para el aprovechamiento de aquéllas por las heredades vecinas, sin que sus respectivos dueños puedan reclamarle otra cosa que una indemnización equivalente al perjuicio que les ocasione este gravamen”.
La ley señala que este derecho de paso se adquiere mediante un título en que el dueño del predio autoriza el paso, por destino del padre de familia o por sentencia.
“Durante más de 60 años se les permitió cruzar para acceder al compartidero conocido como La Parrita, dotado al ejido San Lorenzo, pero el agua no llega desde hace mucho”, explicó Jesús Herrera.
“Fuimos a Casa Madero y los señores no nos abrieron la puerta. Tuvimos que proceder de esa manera. Lo siento mucho. Pido una disculpa al pueblo de Parras, pero ni siquiera nos llega 50 por ciento del volumen”, agregó.
En 1992, el Tribunal Agrario dictó sentencia a favor de los ejidatarios en el expediente 902/92; se avala que dichas aguas son propiedad del ejido San Lorenzo, por lo que llegaron a un acuerdo entre las partes involucradas.
Según el documento, se acordó dotar 50 litros por segundo de agua a los agricultores desde la acequia que pasa por la vinícola, pero Casa Madero dejó de cumplir el acuerdo y levantó una barda en torno al predio para evitar el paso de los campesinos.
Los pobladores de San Lorenzo denunciaron que durante años sólo recibieron 30 litros por segundo del agua que les corresponde, y actualmente ni siquiera les llega esa cantidad debido a desvíos del cauce y la evaporación, lo cual ha puesto en estado crítico sus cultivos de nuez.
“Por cinco años nos han estado afectando. Tenemos 50 hectáreas sembradas de nogal que son patrimonio de la familia. La mayoría se están secando; por eso queremos que todo el pueblo, el estado y todo México se den cuenta de lo que está pasando”, reprochó Josué Hernández.
A este bloqueo del agua se suma una perforación que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) hizo a 100 metros de donde se abastecen las tierras del ejido; los campesinos aseguraron que esto afectó los pozos de agua para riego.
También denunciaron que Casa Madero perfora en sus tierras para sustraer agua, aun cuando desde 2013 la Conagua prohibió nuevas excavaciones.
El alcalde de Parras, Fernando Orozco, señaló que por ahora se busca dialogo y acuerdos entre los campesinos y la empresa.