Belfast. El Partido Unionista Demócrata (DUP, por sus siglas en inglés) anunció ayer que bloqueará el funcionamiento del nuevo Parlamento en el Ulster para protestar contra las disposiciones posteriores al Brexit en esa nación del Reino Unido, agravando la parálisis política tras la histórica victoria del partido republicano Sinn Fein.
“Hoy, el DUP no apoyará la elección de un presidente de la asamblea”, anunció su líder, Jeffrey Donaldson, cuyo frente defiende la pertenencia de Irlanda del Norte a la corona británica.
Sin designación de un nuevo líder tras las elecciones legislativas regionales de la semana pasada, la cámara autónoma norilandesa no podrá funcionar.
Esta debió reunirse por primera vez ayer tras la victoria del Sinn Fein, ex brazo político del grupo armado Ejército Republicano irlandés (IRA, por sis siglas en inglés) y defensor de la reunificación con la vecina República de Irlanda, en los comicios del pasado día 5, por primera vez desde la partición de la isla hace cien años.
Pero el DUP, ahora segunda fuerza política de la región tras haber encabezado tradicionalmente el gobierno local formado siempre en coalición con los republicanos en virtud del acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998, se niega a nombrar a un viceprimer ministro mientras se mantengan los controles aduaneros del Brexit entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, que impone el denominado “protocolo norirlandés” negociado por Londres y Bruselas.
Donaldson reiteró su férrea oposición a este texto, al que acusa de menoscabar el lugar de Irlanda del Norte en el país. Michelle O’Neill, lider del Sinn Fein, lo acusó de “tomar al público como rehén”.
Basándose en estas tensiones políticas en la región y en las barreras al comercio entre Irlanda del Norte y el resto del país, el gobierno británico pidió a la Unión Europea (UE) renegociar en profundidad el protocolo. Bruselas sólo está dispuesta a hacer “ajustes”.
Londres amenazó el jueves con actuar unilateralmente para suprimir la aplicación de grandes partes del protocolo, posiblemente la próxima semana, una postura “inaceptable” para la UE, que podría desencadenar severas represalias comerciales.