El secretario general de la Organización Mundial contra la Tortura, Gerald Staberock, aseveró que en México esta práctica violatoria de derechos humanos sigue vigente, a pesar de que el país tiene instituciones fuertes, democráticas y organizaciones civiles robustas para hacerle frente.
Como es el caso de otras naciones de América Latina, “la tortura se aplica mayoritariamente contra los grupos marginados, personas de color, indígenas, entre otras”, dijo en un conversatorio organizado por Amnistía Internacional en Alemania y la Coordinación Alemana por los Derechos Humanos en México.
En el contexto del Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de Tortura, que se conmemora mañana 26 de junio, Staberock expuso que si bien México tiene una ley en la materia, es un Estado que ha ratificado el protocolo de Estambul y en principio está obligado a documentar los casos, “en la práctica no funciona y esa es la paradoja”.
En este sentido, llamó a proteger a las víctimas y reconocer que se tiene un problema. “Eso es algo que falta en México”, mencionó.
Por su parte, Sandra Alarcón, del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, mencionó que la tortura es una práctica sistemática y generalizada. Recordó que en algún momento desde el Ejecutivo se dijo que ya no se tenía esta problemática; no obstante, ésta se observa “en diversos escenarios, con la militarización de la seguridad pública, cuando hay arrestos, cuando hay protestas sociales, que se agrede a los manifestantes y también la tortura va dirigida a defensores de derechos humanos”.
Indicó que con la pandemia de Covid-19 se ha agravado la tortura que existe en centros de reclusión, que “también están sobrepoblados”. Tan sólo, dijo, en el año 2020 la población carcelaria tuvo un aumento significativo de más de 14 mil personas.