Inestabilidad laboral, extenuantes jornadas, ausencia de seguridad social y exposición a riesgos de trabajo y sanitarios, son algunas de las condiciones globales que enfrentan, por ejemplo, los repartidores de alimentos que se emplean mediante aplicaciones digitales, y son quienes han desempeñado un “papel crucial” durante la pandemia de Covid-19, coincidieron académicos y especialistas.
Carlos Alba Vega, coordinador del Seminario Permanente sobre Trabajo y Desigualdades en El Colegio de México (Colmex), señaló que las plataformas digitales como fuente de ingresos “son una nueva tendencia que se expande velozmente en todo el mundo” y está transformando las relaciones sociales y laborales.
Graciela Bensusán, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, indicó que “se trata de un caso paradigmático y crucial” porque si se logra proteger “la naturaleza de estos empleos (por aplicaciones digitales) estaremos frenando una tendencia que va llevando cada vez más a la fuga de los patrones, a la ausencia de responsabilidad con quienes generan este tipo de servicios”.
Hacia una reglamentación justa
En el seminario virtual El futuro del Trabajo y Derechos Laborales en Plataformas Digitales en America Latina, organizado por el Colmex, los especialistas coincidieron en el “importante papel que los trabajadores de aplicaciones han tenido durante la pandemia para que otras personas puedan recluirse y que la economía siga activa”.
Sin embargo, subrayó, en estos pocos años “se ha visto el alto riesgo de estos empleos, la expansión de los accidentes y la inseguridad, así como la precariedad que los acompaña”.
Por su parte, Saúl Gómez, trabajador y vocero del movimiento Ni Un Repartidor Menos, exigió que en México se elabore una “legislación inteligente” sobre las plataformas digitales y las condiciones de desempeño.
Se trata “buscar la regulación idónea, pues no queremos que desaparezcan las aplicaciones electrónicas, porque para nosotros son un puesto para generar ingresos”.
Lo que queremos, comentó, es “que existan derechos laborales, dignificación del trabajo, evitar tanto el acoso como la violencia hacia compañeras repartidoras, además de una movilidad segura que nos permita regresar a casa”.
Refirió que el movimiento que encabeza tiene un registro de 37 repartidores fallecidos por accidentes en su desempeño laboral y 48 casos de acoso hacia trabajadores de las aplicaciones.
“Hay una deshumanización hacia este tipo de empleos. La precariedad mata y nos están matando” apuntó.