Gabriel García Hernández, quien este jueves anunció su salida como coordinador de los superdelegados del gobierno federal y de los servidores de la nación, era uno de los funcionarios de mayor cercanía y confianza del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien ha seguido de cerca desde su etapa como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.
Como coordinador general de Programas para el Desarrollo, cargo dependiente de la Presidencia, tenía bajo su mando a los 32 superdelegados que la administración federal envió a cada uno de los estados, además de 260 delegados regionales.
De igual forma, era jefe de los 25 mil servidores de la nación, encargados de inscribir a quienes lo requieren a los programas sociales del gobierno del país, incluidos los de la Secretaría del Bienestar.
Una de las principales tareas de García Hernández era coordinar a los delegados estatales que se encargan de organizar y poner en marcha los planes, programas y acciones para el desarrollo integral del gobierno de la República, además de realizar funciones de atención ciudadana, supervisión de servicios y programas de las diversas secretarías, entidades y dependencias.
García es economista de profesión, carrera que estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México, y cuenta también con una maestría en finanzas públicas por el Instituto Nacional de Administración Pública.
De 2000 a 2005, participó como director de Adquisiciones de la Oficialía Mayor en el gobierno capitalino encabezado por López Obrador, quien después lo designó parte de su equipo de campaña en el primer intento por llegar a la Presidencia.
En ese contexto, fue apoderado legal de la asociación civil Honestidad Valiente, mediante la cual se recaudaron fondos para las campañas políticas de 2006 y 2012. De igual forma, participó en la formación de No nos vamos a dejar y Austeridad Republicana, otras asociaciones civiles que promovían la figura del hoy mandatario federal.
Tras el sismo de septiembre de 2017, García Hernández manejó los fondos del fideicomiso Por los demás, constituido por Morena para apoyar a los damnificados, el cual llegó a acumular 78.8 millones de pesos. En Morena, fue secretario de Organización, además de fungir como enlace en el estado de Michoacán y secretario técnico del Consejo Nacional.
En 2018, llegó como senador por la vía plurinominal a las legislaturas 64 y 65, donde se desempeñó como secretario de la Comisión de Desarrollo y Bienestar Social; también fue integrante de las comisiones de Puntos Constitucionales, Seguridad Pública, Ordenamiento Territorial y Vivienda, y Zonas Metropolitanas y Movilidad.
Sin embargo, unos días después de su llegada al Senado, pidió licencia para asumir el cargo recién creado de coordinador general de Programas para el Desarrollo de la Presidencia de la República, el cual sólo responde a las órdenes directas del jefe del Poder Ejecutivo.