
Miércoles 9 de abril de 2025, p. 4
Zacatecas, Zac., La mayoría de los 100 mil agricultores de Zacatecas son temporaleros
, es decir, dependen de las lluvias para obtener sus cosechas, y otros pocos –14 por ciento aproximadamente, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader)– emplean sistemas de riego utilizando agua subterránea o almacenada en presas.
Todos enfrentan una crisis agrícola estructural, que los mantiene en pequeños grupos representativos, ocupando las calles regularmente, bloqueando carreteras y tomando dependencias federales.
No hay una cabeza única, sector u organización campesina que enarbole sus demandas. Eso se acabó, junto con el clientelismo que organismos alentaban para mantener el llamado voto verde
. Ahora están además divididos y peleados. La inconformidad generalizada es su común denominador.
Los labriegos zacatecanos, a pesar de la problemática que se ha agudizado en los últimos años, tienen posicionado al estado como el principal productor nacional de frijol, chile seco y ajo. Y entre los 10 más productivos de chile verde, jitomate y uva.
Pero se hallan en crisis severa ante el sistema burocrático heredado de gobiernos del periodo neoliberal, con directivos y mandos medios inoperantes y corruptos
, en dependencias como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Sader y Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).
El conflicto estructural que padece el agro zacatecano se extiende a otros estados áridos del altiplano, del centro y norte del país.
Sin una depuración de estructuras anquilosadas, la presidenta Claudia Sheinbaum no podrá avanzar en el proyecto de soberanía alimentaria, afirman en entrevistas por separado tres productores agrícolas: David Espinosa, Alberto de Santiago y David Caldera, líderes del sector en los municipios de Calera y Guadalupe, quienes han representado a campesinos en mesas de negociación con funcionarios estatales y federales.
El alto grado de corrupción de directivos regionales de Conagua, CFE, Sader y Segalmex es uno de los frentes en sus dificultades. También afecta la cadena de comercialización agrícola cooptada por intermediarios (coyotes), quienes tejen redes interestatales y nacionales, donde los más perjudicados son los productores agrícolas y los consumidores.
La falta de agua en el campo es otra faceta de la problemática, por el abatimiento de los mantos freáticos; siempre ha sido insuficiente, pero en las últimas dos décadas se ha acelerado su poca disponibilidad, por la escasez e irregularidad de las lluvias atribuida al cambio climático, y también debido a la sobrexplotación del líquido por la industria cervecera y las mineras trasnacionales que operan en Zacatecas.
Además, no hay un relevo generacional en el agro, los jóvenes emigran a Estados Unidos o prefieren aceptar trabajos mal pagados en maquiladoras, otros se incorporan a las filas del crimen organizado por decisión propia o por leva criminal.
Los combustibles e insumos tienen altos costos, lo mismo que los fertilizantes modernos. En los últimos tres años, en la entidad volvieron a elevarse los robos, secuestros, la violencia e inseguridad, y eso mantiene asolados a los labriegos y a sus familias en todo el estado.
El rosario de conflictos para los horticultores zacatecanos incluye a la competencia desleal de la importación de granos básicos y oleaginosas, principalmente estadunidenses, que muchos ven auspiciada por funcionarios de Segalmex. A esto se agregan las importaciones que México permite desde Sudamérica y China, a precios con los que es imposible competir.
Los coyotes son el tiro de gracia para los campesinos locales que consiguen levantar algo de cosecha.