Martes 11 de febrero de 2025, p. 5
La novela Autobiografía de la piel (Alfaguara) está imbuida en la idea de que somos seres de metáforas y no sólo sentimos, sino que también pensamos con el cuerpo
, sostuvo su autora, Ana Clavel.
En entrevista con La Jornada a propósito de su título más reciente, que será presentado el 18 de febrero, la escritora mencionó que las metáforas son tan importantes para aprender la realidad porque nos permiten, a través de los sentidos, ligar un concepto intangible
.
El texto, además de basarse en la voz de la piel, es una propuesta que sí reivindica los poderes fundacionales del cuerpo, pero insiste en la importancia no sólo del dolor, de sus huellas como cicatrices, sino también de las huellas luminosas del placer
, añadió Clavel (Ciudad de México, 1961).
Para la escritora, como estamos sumidos en una moral puritana no nos damos permiso de reivindicar el placer como una fuerza también fundacional. La propuesta de convertir la piel en personaje se vuelve necesaria. Es una apuesta de trabajar en el nivel narrativo y poético: las posibilidades de la piel como personaje por derecho propio
.
El órgano humano cuenta con una gama infinita y Clavel elige lo que se le va presentando en un viaje surreal de dejar que las potencias del inconsciente también trabajaran. Yo hago mucho eso en mi trabajo: me dejo guiar por la escritura misma
.
La novelista comentó que a su parecer “la literatura tiene que abrirnos horizontes de imaginación literaria. Las propuestas actuales que siempre están con lo fáctico, con la crónica y el testimonio, sin trabajar figuras de lenguaje, de la imaginación, me parecen propuestas muy pobres.
Me he esforzado en hacer un lugar a la imaginación como una forma de abrir horizontes, particularmente, el uso de la metáfora; por ejemplo, que es una manera en que pensamos con nuestros cuerpos. Enlaza la parte intelectual, cerebral, con la parte física, táctil de la piel. Somos seres de piel. Necesitamos que el mundo nos entre por los sentidos para luego lograr la reflexión, la abstracción.
Remarcó que apegarse siempre a lo real limita las posibilidades de conocer y de descubrir la realidad. Me parece que las grandes propuestas literarias siempre han tenido que ver con el juego de figuras literarias en las que hay, por ejemplo, la exageración. Imagínate un hombre que despierta convertido en insecto. Esa potencia de distorsionar una realidad nos abre posibilidades como seres humanos
.
A la idea de que la novela es sólo una acumulación de conflicto y acciones, antepuso que “la herramienta básica de una propuesta literaria es el lenguaje. A mí eso no se me olvida. Desde, digamos, un tono narrativo que te va envolviendo, una cierta sensualidad que se da mucho en escritos y un recurrir a figuras de lenguaje, a la metaforización, a la creación de imágenes verbales y otros recursos literarios, como dar voz a la piel y que cuente su historia.
La propuesta intenta envolver al lector y dar un horizonte extendido que dé idea también de la característica propia de la piel, de ser extensiva, de ser una zona liminal, de contacto, memoria del paraíso.
Ana Clavel refirió que imaginó su personaje a partir de un concepto del sicoanalista francés Didier Anzieu: el yo-piel
. Se trata de que con la conformación de una piel síquica
se logra una especie de “individuación frente al mundo, una individuación equilibrada. Se ven casos de personas con grandes fallas a partir de que la piel síquica no se alcanza a conformar en sus funciones de protección, de barrera, de zona de seguridad. Esto conlleva a que haya un yo-piel perforado, mutilado.
Con esta idea del sicoanalista francés se me hizo muy fácil imaginar una piel que contara su historia, pero no la piel síquica solamente, sino la física; por supuesto, la información de que tanto la piel como el cerebro se forman de la misma capa embrionaria me facilitó que pudiera ser una piel que no nada más sintiera, sino que también pensara.
Clavel recordó que el comienzo de su novela surgió muy temprano: Mi memoria es oceánica. Todo lo abarca, todo lo envuelve. Me recuerdo inventándome: primero un pliegue, un surco, un nudo. No en balde soy el horizonte por el que el cerebro percibe al mundo
, como si se lo hubieran dictado. Desde entonces encontró el tono.
Luego siguió la indagación, a veces con pretextos, como un sombrero e “imaginar el sombrero ideal y recordar que el padre del personaje usaba uno y por ahí hablar de la completud, o del caso de la novela de Joyce Carol Oates, Blonde, a propósito de Marilyn Monroe, y de las heridas que son fuente para que la persona se desarrolle, como en el caso de Monroe, para quien la figura del padre y príncipe encantado fue tan importante.
Se fue dando de manera que se iba descorriendo y abarcando diferentes temas, aspectos de la realidad, y yo soltaba la escritura. Si se presentaba la figura del laberinto, reflexionaba sobre la piel como nuestro sentido infalible, pues la prueba innegable para recorrer un laberinto es hacerlo con la mano. De esta manera, es un trayecto lento, más largo, pero tarde o temprano terminas encontrando la salida.
La escritora hizo énfasis en que su propuesta literaria se descorría hacia diferentes límites; eso me gustaba; porque me daba la idea de una piel extendida, de sus territorios que lo mismo te limitan y a la vez también permiten en toda su extensión aprender y ponerte en contacto con la realidad
.
Ana Clavel presentará su Autobiografía de la piel el 18 de febrero a las 19 horas en la Casa Universitaria del Libro (Orizaba 24, colonia Roma Norte). Estará acompañada por Rosa Beltrán y Guadalupe Alonso.