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Ciudad perdida

Golpe al talón de Aquiles de Trump

M

éxico ya lo hizo: envió a 10 mil soldados a la frontera norte. ¿Y Trump qué hizo para frenar el trasiego de armas?

Está claro: la presidenta Sheinbaum sí estudió y halló el punto débil, el lugar donde más le duele al leviatán, y por ahí atacó.

De ninguna manera era fácil desmontar las acusaciones, por más calumniosas que fueran. La ventaja parecía estar de aquel lado y resultaba impensable desviar el cauce del río de mentiras y amenazas que desde el trono del poder se ejercía sobre nuestro país, sobre la Presidenta.

Pero la historia se escribió de otra manera. Del lado angosto del embudo –el que nos toca– se preparaba el tema incontrovertible. Ese que puso al agente naranja contra la pared.

¿Cómo parar el contrabando de droga si quien pide erradicarlo lo alimenta y lo llena de armas muchas veces más efectivas y mortíferas que las que usan los que quieren impedir el trasiego?

El juego perverso lo descubrió la Presidenta y al presidente convicto le plantó un imposible: que dejen de vender armas al narco, que impidan su contrabando.

Aunque no hay imagen de la conversación, bien podríamos adivinar cómo paró la trompa Trump y abrió los ojos, como hace cada que algo le disgusta o le sorprende.

No era para menos. La acusada señaló sin titubeos a los verdaderos cómplices del narco: los armeros de EU, los mismos que, según hizo público Trump casi al inicio de la segunda semana de mayo del año pasado en la ciudad de Dallas, le ofrecieron todo su poderoso apoyo para llegar a la Casa Blanca: la Asociación Nacional del Rifle.

No hay datos confiables de qué tanto dinero metió esa agrupación a la campaña del convicto, pero allá los apoyos se muestran en millones de dólares.

Por eso, la contra acusación resultó tan bien asestada. No había defensa. ¿Impedir el contrabando de armas? ¿Ir en contra de sus aliados, de los cómplices del narco?

Y eso que algunos, a los que en cualquier parte les gritan traidores, como al señor Germán Martínez, cobijan, con el manto de la derecha panista, a esos cómplices del narco y le dan la razón al convicto. Por eso la oposición está hecha polvo.

A suelo mexicano ingresan, cada año, un tanto más de 20 mil armas de fuego de gran calibre, hasta lanzacohetes que venden al narco los aliados de Germán Martínez, hijo putativo del hacedor de la guerra, Calderón, como aseguran fuentes azules.

Las autoridades gringas aseguran que casi 70 por ciento de las armas que se decomisan en nuestro país provienen de EU, aunque no se fabriquen ahí.

Total, ahora que las cosas parecen tener otro matiz, porque la realidad no es de color naranja, vemos como imposible que el trasiego de armas a México pueda frenarse, de tal manera que la capacidad de fuego del narco baje sensiblemente y, en consecuencia, los índices de criminalidad.

Así las cosas, y sin que Trump actúe en contra de sus cómplices, la tregua a la guerra de los aranceles debería extenderse desde ya.

De todas formas, alguien debe decirle que, como aquí se dice: el buen juez…

De pasadita

En la derecha hay tanta desesperación que sus caballos están flacos y desbocados.

Y no es sólo el señor Martínez, que hace rato perdió la cordura y algo más, sino quienes tratan de darle aire a los muertos (PAN, PRI y PRD) y encuentran en las alianzas con los extranjeros, con la traición, su mejor método de lucha.

Para esa derecha ya no hay retorno, se acabó y para siempre.