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Negocios y empresas

México: plan D

A

nte los amagos de Donald Trump contra México, el gobierno puede responder con una mayor integración con China, sobre la base de que los enemigos de nuestros enemigos pueden ser nuestros aliados.

Un acuerdo con China pondría de cabeza la relación con Estados Unidos, ya que su principal competidor estaría presente en las puertas de su casa. Se trata de una utopía, porque la interrelación entre México y Estados Unidos es imposible de romper, tanto por cercanía como porque entre ambos países hay una codependencia económica y comercial.

Sin embargo, si Trump rompe el acuerdo con Canadá y México, el mayor acercamiento con China no se percibiría como una traición, sino como una respuesta ante las medidas tomadas por Estados Unidos y, por supuesto, como una medida de presión.

México no puede simplemente responder a Trump con la misma moneda Si impone aranceles escandalosos, al mandatario estadunidense no le importaría, pues su economía es más fuerte y puede sustituir nuestras exportaciones

Pero si México amaga con frenar la tecnología de Estados Unidos y firmar un acuerdo económico con China, que incluya aplicaciones por Internet, inteligencia artificial (Alibaba y DeepSeek), redes sociales (TikTok), constructoras de aeropuertos, trenes y puertos, e instituciones financieras (que subsidian a empresas chinas en el extranjero), desequilibraría las tácticas rudas de Trump.

Hace unos años se plantearon grandes proyectos con China, entre los que destacaba un tren rápido México-Querétaro, el cual quedó en el papel por presiones de Estados Unidos. Ahora se pueden retomar proyectos de ese tipo.

En materia de infraestructura, que tanta falta nos hace, el capital extranjero ha estado presente desde el siglo XIX. Inversionistas europeos participaron en el desarrollo de ferrocarriles, puertos y carreteras, entre otras obras. Más adelante Estados Unidos tomó el liderazgo. Pero ahora, ante su cerrazón, se pueden buscar alianzas con el gigante asiático, que construye infraestructura por todo el mundo y cuenta con recursos financieros y tecnología.

Repito, se trata de una utopía, pero ayudaría a que Trump entre en razón al ver los peligros que representa la expansión China en América.