Diarios
osas terribles están ocurriendo afuera. A cualquier hora de noche y de día, gente pobre indefensa es arrastrada de sus hogares. Se les permite llevarse sólo una mochila y un poco de dinero, y aún así, les roban estas posesiones en el camino. Las familias son destrozadas; hombres, mujeres y niños son separados. Los pequeños regresan de la escuela a encontrarse con que sus padres han desaparecido… Todos están asustados”.
Aunque esas palabras fueron escritas por la adolescente Ana Frank en su diario mientras ella y su familia se escondían de los nazis que ocupaban Holanda hace unos 85 años, tienen ecos que empiezan a ser contemporáneos. Ella murió de tifoidea en un campo de concentración un par de años después; hoy, el gobierno de Trump anuncia que abrirán el equivalente a un campo de concentración en Guantánamo, y en partes de Estados Unidos para los inmigrantes, o en su vocabulario, extranjeros ilegales
capturados en redadas.
¿Dónde estamos? Van 14 días del gobierno de Trump y para muchos ya parece una eternidad. Como bully clásico, primero ataca a los más vulnerables, en este caso los inmigrantes. No es la primera vez que los indocumentados son declarados indeseables o hasta peligrosos en este país. Durante la Gran Depresión y al concluir la Segunda Guerra Mundial se realizaron redadas masivas para expulsar a cientos de miles de ellos, y Obama, Biden y Trump han competido por ver quién es el mejor deportador en jefe
. De hecho en esta nación de inmigrantes
se han deportado a más de 57 millones desde 1882, más que cualquier otro país, señala Adam Goodman en su libro The Deportation Machine.
La campaña de terror del nuevo régimen estadunidense, aunque primero enfocada sobre migrantes, ha abierto diversos frentes en una guerra para recuperar
a Estados Unidos de las fuerzas de la izquierda radical
. Con ello, uno de los primeros decretos oficiales de Trump fue depurar la educación pública de aquellas teorías críticas
sobre la historia del país que incluyen la esclavitud, el racismo, el imperialismo, luchas por los derechos civiles y más, y sustituirlo con una versión patriótica
.
Más aún, se dio la orden de, literalmente, borrar toda referencia a la comunidad LGBT+ en los sitios oficiales de Internet del gobierno federal, así como anular todos los programas de diversificación –o sea, incorporar más mujeres, minorías raciales y de género– en el gobierno y otros sectores. Trump se atrevió a culpar a esos programas del accidente aéreo en Washington. Mientras, proceden purgas dentro del gobierno de cualquiera –desde científicos a oficiales de la FBI, fiscales federales y hasta generales– que se han atrevido a criticar o investigar a Trump y sus aliados.
Todas estas primeras acciones son acompañadas de incesantes mentiras y distorsiones contra la izquierda radical
, los medios, los científicos y otras amenazas internas y externas (incluidos México y Canadá, entre otros), con lo cual se justifican políticas y medidas represoras cada vez más alarmantes. Hace recordar esa frase de Voltaire: esos que pueden hacerte creer disparates pueden hacerte cometer atrocidades
.
Ante todos estos ataques, el supuesto partido opositor, el Demócrata, parece incapaz de montar un respuesta frontal llevando a algunos críticos a compararlos con los líderes del colaboracionista régimen Vichy de Francia ante los nazis.
Por su parte, las redes de organizaciones inmigrantes y sus aliados, agrupaciones de defensa de derechos gays y organizaciones de derechos civiles de minorías preparan respuestas al ataque en su contra, maestros contemplan qué hacer ante el ataque contra la educación pública, entre otros. Todas estas diversas fuerzas progresistas y liberales reconocen que cada una está bajo ataque, pero por alguna razón inexplicable aún no han logrado conformar algún tipo de frente amplio ante un enemigo común.
En tanto, seguramente, alguna joven en este país está escribiendo en su diario lo que está sucediendo ahí afuera.
Th Highwaymen. Deportee. https://www.youtube.com/watch?v=flkuZJ1did8