militancias visualesrecordaron al fotógrafo Jorge Acevedo
Lunes 3 de febrero de 2025, p. 5
Una velada gozosa en homenaje del fotógrafo y sindicalista Jorge Acevedo Mendoza fue la presentación del libro Habitar la memoria, la cual fue desarrollada en la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en días pasados, una celebración de la amplísima labor de esa figura de la transformación del país desde la izquierda.
El volumen subtitulado Entre el fotodocumentalismo y la lucha social Jorge Acevedo Mendoza (1949-2019), coordinado por Rebeca Monroy y Abraham Nahón, se basó en más de 50 mil negativos del documentalista tomados en tres décadas.
Rebeca Monroy, historiadora e investigadora del INAH, llamó al encuentro un día de felicidad
, en cuyo centro estaban Jorge Acevedo, muchos de sus compañeros, amigos de militancias visuales
y colegas desde hace décadas.
Destacó que se trata de un volumen pionero, pues en el país hay poco sobre el fotodocumentalismo. Es necesario ahora más que nunca recuperar la memoria de los fotógrafos documentalistas, su legado, su visualidad diferente. Porque sus imágenes nos representan a buen número de luchadores sociales del siglo pasado
.
Monroy sostuvo que se trata de un homenaje a la labor de Acevedo, su sindicalismo y su convicción, que fue la de muchos de nosotros; por ello es importante rescatar esta memoria
.
La mesa, continuó la especialista, es una comunidad de voces, pero cada una con el tono de un discurso diverso que señala la variedad de los aspectos de la vida y la obra de Jorge Acevedo a lo largo de sus 70 años de vida y de sus tres décadas de labor fotográfica
.
Agradeció a Diego Prieto, titular del INAH, y a Lucía García Noriega −presentes en el homenaje− por la edición de primera
, así como a los hijos de Acevedo Mendoza, Adrián y Esteban, quienes permitieron el acceso a los materiales de su padre. Entre el público también se encontraba Leticia Ramírez Amaya, ex secretaria de Educación.
Para Monroy, el texto abre la posibilidad de recuperar el genio y figura de Acevedo, y recordar al militante visual, al narrador cronista, al documentalista y fotógrafo de los movimientos sociales. No es sólo una historia de vida: es una historia de un país, de un movimiento
.
En su intervención, el periodista Luis Hernández Navarro apuntó que su amigo fue un hombre con multitud de intereses, entre los que estaban el cine, la lectura y la música. Como fotógrafo, era alguien que sabía ver de otra manera. Tenía una formación visual alimentada desde estas otras vertientes artísticas
.
Reconoció que las fotos de Acevedo fueron reproducidas en revistas, carteles y panfletos sin su nombre, pero “se acabaron siendo un elemento que integraba un imaginario popular en el terreno iconográfico. Esas instantáneas permitían a los activistas identificarse con mil batallas. Ayudaron a tejer hilos muy finos de identidad, de pertenencia y de referencia al pasado
.
El también coordinador de Opinión de La Jornada destacó que esta obra “se convirtió en parte del imaginario subalterno y su vida, ejemplo emblemático de militancia visual de una cierta izquierda que cambió al país desde abajo.
Durante años, con muchas luchas, vidas, derrotas y desesperación fue alimentando y cambiando la correlación de fuerzas para vivir lo que hoy vivimos.
Por su parte, Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología, quien conoció a Jorge Acevedo hace décadas, refirió que éste empezó a documentar la vida pública del país en los años 70, así como las marchas de diversos grupos que salían a Reforma.
Contó que este libro recoge algo fundamental en el desarrollo profesional de Jorge: su pasión por lo real
. Enseguida desgranó, de forma cariñosa, multitud de anécdotas sobre el personaje, sus preocupaciones e intereses.
Rosa Estela Reyes, directora del Centro INAH Querétaro, celebró esta jornada, la evocación de Acevedo y la recuperación de sus imágenes, que son el recuento de una parte muy importante de la historia del sindicalismo en este país, en particular del INAH
.
Reyes remarcó que el fotógrafo tenía ese ojo, esa calidad y esa habilidad para poner de manera muy artística un momento histórico, social, de lucha política con una postura de izquierda que yo, sinceramente, no había valorado. Eso es lo que más me emociona de este libro
.
En tanto, Abraham Nahón sostuvo que Habitar la memoria “ha tenido la intención de revelarnos el trabajo de Jorge Acevedo, pensado como una memoria visual disidente, la cual debe formar parte de la historia de la fotografía mexicana y latinoamericana.
Refirió el interés y compromiso del fotodocumentalista por registrar movilizaciones magisteriales, sindicalistas, estudiantiles, campesinas, feministas y de defensores de derechos humanos.
Nahón hizo énfasis en que frente a una fotografía neocolonial e indigenista que apela generalmente a la pasividad o inmovilidad de la tradición, la mirada de Acevedo elige en algunas imágenes mostrar el humor popular, espigándolo de la propia dinámica cultural, frente a una representación visual que ha sido muy solemne en la fotografía mexicana al referirse a pueblos y comunidades
.