Es necesario pensar el séptimo arte como educación artística y crear una plataforma de programación en todo el país, señala
Sábado 1º de febrero de 2025, p. 6
Desde hace cuatro meses la productora y cinerrealizadora Daniela Alatorre está al frente del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y para entender el órgano que le encomendaron dirigir sostiene en entrevista que debe comprender el tema a cabalidad, cómo funciona, qué es lo que hace el instituto en toda su dimensión y no únicamente lo que yo entendía estando desde el otro lado. Sobre todo en las convocatorias del Imcine a la producción, exhibición y preservación. Y al mismo tiempo hacer que las cosas continuaran caminando en el instituto
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Reconoce que su arribo al instituto lo hizo con cautela. No cedí a la tentación inmediata, de que por estar en el cine los pasados 20 años, entendía perfectamente lo que hace una institución de este tamaño. Partí siempre de los procesos necesarios para fortalecer la relación con la comunidad para tener un espacio de escucha activa e integrarla, en un proceso vivo, para saber dónde se tiene que fortalecer y aumentar las bases que se han sentado en los años recientes
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Para tal motivo una de las cosas que Daniela Alatorre emprendió fue revisar a profundidad cada una de las convocatorias y los lineamientos, para ver dónde se podía robustecer y atender realmente las necesidades y preocupaciones de la comunidad. Por ejemplo, este año se incrementó la bolsa del estímulo fiscal 100 millones de pesos para la producción y 15 millones para exhibición. Lograr que las carpetas lleguen de la mejor manera posible para que estuvieran listas para aplicar en las convocatorias
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En el caso específico del estímulo fiscal Eficine, la también directora del documental Retiro (2019), precisó: hubo pequeñas modificaciones en la convocatoria del Eficine, sobre todo en temas de inclusión. Ahora se hace una evaluación de los proyectos, los que están dirigidos por mujeres, indígenas, afrodescendientes y proyectos estatales reciben cinco puntos adicionales; además, se agregó que en caso de ser algunos de los tres que mencioné, si alguien del equipo directivo en una película participa en el rodaje, o sea es mujer, indígena o afrodescendiente, también tienen puntos adicionales. Entendiendo que el cine es de directoras y directores pero también es de cinefotógrafas, productoras, sonisdistas, compositoras y posproductoras, así como para que más mujeres, afrodescendientes e indígenas, estén en esos roles de los equipos de producción de las películas, apostar a los proyectos para que haya más inclusión en los puestos importantes en las películas
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Para Daniela Alatorre el cine mexicano es importante, estos meses he pensado en dos cosas: que me gustaría mantener en el centro la pregunta de ¿por qué es importante tener un instituto de cine? más que una pregunta que busque una respuesta es que la pregunta sea un proceso vivo. Parte del trabajo que me interesa hacer es entender qué otros institutos de cine en el mundo han tenido una política pública efectiva, que hayan funcionado muy bien y sean exitosos en términos de cómo han modificado ciertas cosas. Tenemos que aprender de nuestras contrapartes en América Latina y otras partes del mundo que hayan modificado sus leyes y aplicado políticas públicas para generar resultados interesantes. Abrir esos canales de comunicación, ver cómo la política pública tiene resultados muy concretos en cosas muy específicas
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Respecto a la segunda idea que tiene en su mente, Daniela Alatorre comparte: Es algo más mío: vengo de transitar durante 20 años, de tener un enorme privilegio, por diferentes lugares del cine mexicano. Entiendo la importancia de éste como parte de identidad de las comunidades, el documental como medio de cohesión social, la relevancia de preservar nuestra historia y memoria, asimilar que el cine es un medio que nos espejea y ayuda a entendernos a nosotros mismos. También comprendo que el séptimo arte como industria genera una derrama económica y empleos. Me siento afortunada porque en estos 20 años he estado en películas industriales que han tenido salida a las salas cinematográficas y también proyectos que preservan el tema de la memoria, películas pequeñas y necesarias para esta cohesión social y crear identidad
. Tajante y con un brillo matinal que le brota automáticamente de los ojos, Alatorre confiesa: También, soy muy honesta, le tengo un profundo amor al cine mexicano. Esta decisión de venirme al Imcine y dejar de hacer películas, lo veo como hacer un servicio en algo en lo que creo
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En cuestión de presupuesto destinado en el año fiscal 2025 para el Imcine, Daniela aclara: “en este caso del Imcine, el recurso que se tiene es un poco mayor al de 2024. Por ejemplo, en las convocatorias del Focine se aumentaron los montos para producción a partir de este año, los proyectos de largometrajes de ficción, documental y cine para las infancias podrán solicitar hasta 10 millones de pesos de recursos públicos para los procesos de producción y postproducción. El presupuesto para producción puede utilizarse a lo largo de dos años; en posproducción se pueden incluir pagos de algunos procesos de edición, diseño sonoro y música. Así, se busca dar más recursos y tiempo a los proyectos, para que lleguen fortalecidos a la convocatoria de posproducción.
En largometrajes en los estados se puede solicitar un apoyo de hasta un millón 150 mil pesos para producción el primer año, y hasta 850 mil pesos para el segundo los cuales también pueden utilizarse para terminar el rodaje y procesos de edición. En la modalidad de cortometrajes y cortometrajes para las infancias, se pueden solicitar hasta 750 mil pesos para procesos de producción y posproducción; en largometrajes de animación, hasta 12 millones de pesos, mientras que en cortometrajes de animación, hasta 900 mil pesos; en ambos casos, para los procesos de preproducción, producción y posproducción. Y así en las 12 modalidades de apoyo del Focine
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Con algunos temas por desglosar en esta charla con La Jornada, Daniela confiesa que uno de las cosas que le gustaría trabajar es el fortalecimiento “de la marca de nuestro cine, que vaya más allá del Imcine, que vaya junto con la marca de la televisión pública, de la Secretaría de Cultura, que sea una marca de programación, de educación artística… que pensáramos en nuestro cine como un paraguas que esté fortalecido con todas estas ventanas. Pensando en que el instituto tiene su propia plataforma de cine mexicano, que necesita fortalecerse, pero no únicamente existir como una plataforma de cine mexicano, sino que sea parte de una posible red para exhibirlo en otras partes del país, en la relaciones interinstitucionales que se pueden hacer con las diferentes secretarías de cultura u otros institutos”.
La realizadora concluye que es necesario pensar el cine como educación artística y crear una plataforma con programación en todo el país, televisión pública. En eso hay que trabajar para la formación de audiencias
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