Sábado 1º de febrero de 2025, p. 9
Madrid. El ex titular del futbol español Luis Rubiales será juzgado a partir del próximo lunes en la Audiencia Nacional de Madrid por el beso no consensuado que le dio en la boca a la jugadora Jenni Hermoso durante la ceremonia de premiación del Mundial 2023 y el cual desencadenó una reacción internacional contra el machismo en el deporte.
Rubiales, de 47 años, está acusado de agresión sexual y de intentar coaccionar a Hermoso, de 34 años, para que declarara que el beso había sido consentido. Él niega estos cargos. Sin embargo, debió renunciar a la presidencia de la Real Federación Española.
La polémica eclipsó el triunfo de Hermoso junto a la selección española en el Mundial Femenil de Australia 2023 y también impulsó el movimiento Me Too (Yo también) en el futbol femenil contra los actos de sexismo y las desigualdades de género.
Junto a Rubiales, el ex técnico de la selección femenil de España, Jorge Vilda; el ex director deportivo de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Albert Luque, y el ex jefe de mercadotecnia del organismo, Rubén Rivera han sido juzgados por su presunta participación en las presiones a Hermoso.
Piden dos años de prisión
La fiscalía pide para Rubiales dos años y medio de prisión, aunque en España los condenados a penas inferiores a dos años pueden eludir la cárcel pagando una indemnización por daños y perjuicios si no tienen condenas anteriores.
Después de que España derrotara en la final del Mundial a Inglaterra en Sídney el 20 de agosto de 2023, Luis Rubiales se agarró la entrepierna en señal de celebra-ción cuando sonó el silbatazo final.
Más tarde, durante la entrega de medallas, cargó a Hermoso, la sujetó por la cabeza y la atrajo hacia él para besarla en la boca ante un estadio abarrotado y una enorme audiencia televisiva mundial.
La primera reacción de LenniHermoso fue decírselo a sus compañeras de equipo: "Eh, pero no me ha gustado", según las imágenes del vestuario.
De acuerdo con una investigación de la Fiscalía, personal de la RFEF habría presionado a Hermoso para que no declarara en contra de Rubiales pues pondría en riesgo su carrera futbolística. No obstante, Jenni se mantuvo firme y señaló ante las autoridades que el beso no había sido consensuado.
Rubiales llamó inicialmente idiotas a sus críticos antes de disculparse más tarde, diciendo que el breve beso "fue sin mala fe en un momento de máxima efusividad".
La controversia ha sido considerada por varias jugadoras como una ventana abierta al dominio masculino del poder y el botín en el lucrativo negocio del fútbol.
Ahora, Rubiales ha llamado a declarar a sus hijas, mientras que varios compañeros de Hermoso, quien juega con el club mexicano Tigres, también aportarán pruebas.