Opinión
Ver día anteriorMiércoles 19 de junio de 2024Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Roger Von Gunten, náufrago solitario
P

inta jardines que se convierten en paraísos o paraísos que son jardines, vibran con salpicaduras de colores, transfiguraciones, tonalidades, azul zafiro, verde esmeralda, equilibrio en el manejo del color, música y silencio, representan la realidad y la mirada del artista admirador de la botánica y extraordinario pintor, grabador y poeta Roger Von Gunten Keller, destacado representante de la plástica mexicana que nació el 29 de marzo de 1933 en Zurich, Suiza, y empezó a pintar al óleo a los 6 años, cuando su padre, Emil Von Gunten, contador de profesión, pintaba los domingos y le dejaba una tela y su paleta de colores. Su mamá, Martha Keller, fue muy generosa, no sólo daba de comer a Roger y a su hermano René, sino que pasó mucho tiempo con ellos y compartieron la vida; consideraba un riesgo que su hijo se convirtiera en artista, para ella era mejor que aprendiera un oficio útil, algo menos azaroso.

Von Gunten estudió pintura y diseño gráfico en la Kunstgewerbeschule, Zurich, bajo la dirección de Johannes Itten, ex profesor de la Bauhaus y eminente teórico del color. En 1957 llegó a México y continuó sus estudios en la Universidad Iberoamericana; en 1980 se nacionalizó mexicano, es integrante del Movimiento de Ruptura y miembro del Sistema Nacional de Creadores. Realizó escenografías para teatro y ópera, ha ilustrado libros y portadas de discos, además de participar en más de 200 exposiciones colectivas y dedicarse a la docencia por más de 40 años.

Para el pintor el paraíso no consiste en colores puestos al azar, sino en aquellos que se relacionan entre sí en un orden determinado, velos que responden a un proceso creativo. El color es sólo una manifestación externa de la riqueza y la diversidad. Diferentes elementos en convivencia hacen más rico este mundo y más se acercan a la idea del equilibrio. El mundo de colores de Von Gunten es sinónimo de habitar el paraíso. El color es un lenguaje por sí mismo, la vida, los sentimientos.

El pintor es un maestro solitario, algo natural, pintura y lienzos solos en su estudio, el oficio de la pintura se convirtió en una forma de vida; como náufrago, sobrevive y lo llama realidad.

Las de Von Gunten son obras que no mienten, representan hechos, la dignidad y el bienestar humano ocupan el centro de la vida, son puertas muy cercanas y distantes al paraíso, un mundo que no podemos percibir y del que nosotros mismos nos excluimos, aunque pertenecemos a él.

En su trabajo no emplea la fuerza ni la inteligencia como medio de producción, debido a que en el arte éstas no producen ningún resultado. El arte es casi un estado sonámbulo. Es importante el oficio y la relación con los materiales, un buen cuadro está lleno de magia, te hace sentir feliz, provoca risas, llanto, debe ser como una flor, es algo que se añora cuando no está.

Von Gunten se siente solo, a sus 91 años vive en un espacio maravilloso, ahora sus compañeros son los árboles en su jardín de Tepoztlán, es soledad humana. Después del cierre de la galería Juan Martín en 2021, lugar de encuentro, de amistad, de trabajo por décadas, su segunda casa, el artista se siente en el naufragio, una sensación de aislamiento.

Se considera un pintor expresionista y cuando comienza un cuadro piensa en los azules y en seguida en el anaranjado, su complementario; le preocupa la escasez de agua, el medio ambiente, la violencia del país y la situación inhumana que vive el pueblo palestino, le resulta incompresible que no se pueda dialogar, encontrar una solución para poner fin a la atrocidad.

El arte en la vida de Roger Von Gunten se entremezcla con todos los sentidos de su existencia. Náufrago solitario, cuidado y apapachado por altos árboles contentos de una noche lluviosa y fresca.