Los conflictos entre policías, locatarios y clientes porque se impide el paso en calles del Centro Histórico están en riesgo de desbordarse, debido a que a los mismos dueños o encargados de establecimientos se les impide o dificulta ingresar, indicó Gerardo López Becerra, dirigente del Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio.

Los clientes terminan por buscar otras plazas donde puedan realizar sus compras, lo que afecta a los negocios que se ubican en calles como Madero, 16 de Septiembre y 5 de Mayo, entre Palma y Plaza de la Constitución, aseguró el presidente del organismo empresarial.

El cierre de calles también afecta los recorridos turísticos que no pueden llegar al Zócalo, a la Catedral o a la zona arqueológica del Templo Mayor, indicó. Para los prestadores de servicios turísticos, las vallas y el cierre de los pasos peatonales dan una pésima imagen del Centro Histórico.

Aseguró que en los grupos de chat, integrados por los dueños y encargados de los establecimientos, abundan las quejas de los locatarios por los cierres de calles por parte de la policía. La total reapertura de la movilidad en el Centro Histórico es fundamental para impulsar la recuperación económica y el empleo en esta zona, pues representan los principales motores de la economía a nivel nacional.

Comerciantes y empresarios ven con preocupación que esto no mejore debido al parcial cumplimiento del compromiso que hicieron funcionarios del gobierno local de levantar las vallas y mantener abierto el paso peatonal y la circulación vehicular desde el 2 de septiembre, al concluir los operativos de seguridad por el tercer Informe del Presidente de la República.

Después de esa fecha se abrió el paso peatonal entre Corregidora y Pino Suárez, Madero, 20 de Noviembre y Venustiano Carranza, pero el sábado 4, domingo 5 y lunes 6 de septiembre agentes de la policía volvieron a cerrar sin que hubiera comunicación entre autoridades y líderes de los sectores afectados ni se vislumbraran riesgos visibles de una protesta violenta.